Himmler, el monstruo que se mareó

Hoy ha sido un fatídico día para la inteligencia humana, el día en que la mentalidad y la razón se han replegado a un lugar oscuro y tenebroso que se supone que debía haber quedado sellado para siempre. No importa cuántas lanzas se rompan, fabricarán más… Ya todo se ha dicho sobre ese crimen llamado el Toro de la Vega, así que mejor os cuento una historia. Hace mucho tiempo, en un lejano lugar llamado Alemania, vivían dos amigos: Adolfito (Adolf Hitler) y Enriquito (Heinrich Himmler).

16/09/2015 – 0:04 horas. Fernando Cabrera. Periódico EL LORQUINO.  Resulta que Adolfito y Enriquito, su mejor amigo, estaban llevando a cabo un negocio muy provechoso, conquistar el mundo y crear un estado pangermánico. Nada del otro mundo, vamos. Y estos dos, tenían otros tres amigos a los que llamaban cariñosamente los tres Itos: Benito, Paquito e Hirohito. Benito e Hirohito, ya jugaban con ellos, pero querían que Paquito también entrara. ¿Y qué hicieron? Os preguntaréis… Pues Enriquito fue a España a ver a su amigo Paquito, para ver si estaba en condiciones de participar en ese negocio. Enriquito fue recibido como si se tratara de un gran héroe, facedor de victorias y desfacedor de entuertos.

Y como en aquella época no estaba bien visto cerrar los tratos en un bar de luces rojas, como hacen muchos en la actualidad, pues Paquito tuvo la feliz idea de llevarle a ver una corrida de toros que hizo en su honor. Se escuchó comentar a las gentes del lugar que Enriquito quedó perplejo ante la gran cantidad de gente que había reunida en el ruedo, pero no sabía lo que le esperaba. De pronto, el toro salió corriendo, confuso y perdido.

¿Dónde estaba? Ese no era su prado. Le habían engañado. Y para más sorpresa, un hombre vestido de payaso le ataca y le clava algo que hace mucho daño. Sangra por todas partes y, después de un rato, se siente desfallecer. Ya no puede defenderse. ¿Por qué le están haciendo esto? ¿Por qué le martirizan así si él no les ha hecho nada? ¿Y por qué disfruta la gente al ver cómo va perdiendo la vida de aquella cruel manera? Cuentan, también, que Enriquito se mareó durante la corrida. Que no pudo soportar aquel espantoso evento con el que el pueblo llano disfrutaba.

Que al volver a su Alemania, trató de salvajes a los españoles, puesto que no podía creer que eso fuera la llamada Fiesta Nacional. Todo eso le pasó a Heinrich Himmler (alias Enriquito) hace unos 75 años en su primera visita a España, un preludio del famoso encuentro entre Franco (alias Paquito) y Adolfito Hitler en Hendaya. Y el resumen de la historia es que Himmler, uno de los mayores monstruos que han existido sobre la faz de la Tierra y responsable de millones de muertes indiscriminadas, fue capaz de ver la crueldad que había en encerrar a un animal para marearle y atacarle hasta que muere, todo por simple diversión.

¿Cómo es posible que la mano derecha de Hitler lo viera y nosotros no? Un hombre que eliminó a millones de judíos porque no los consideraba unos iguales; como si el Homo Sapiens se hubiera bifurcado en dos caminos durante la evolución: Homo Sapiens Sapiens y el Homo Sapiens ¿Judius, por ejemplo? (Por supuesto de inferior categoría para él) Puede que a partir de ese momento, también empezara a pensar en la existencia del Homo Sapiens Hispanus. Un ser surgido de lo más profundo del averno, con la firme intención de hacer prevalecer la raza aria, se sobrecogió y se mareó ante el grotesco espectáculo con el que los españoles pensaron que le iban a impresionar.

Y vaya si lo hicieron… ¿Qué hubiera dicho si llega a conocer al Toro de la Vega? ¿Qué hubiera dicho de los españoles, una aberración como él, al ver a un grupo de energúmenos, lanza en mano y detrás de un toro? Está claro que un terrible engendro asesino como Himmler no merece que se le tenga en cuenta, pero por una vez en su deleznable vida, fue capaz de tener más humanidad que todos aquellos que vitoreaban a Gallito para que se llevara la oreja.