Cultura
Nicolasa Guevara, turronera lorquina “Hay que cuidar más la Feria Chica, o la tradición del turrón desaparecerá”
Ana Belén Miñaro. Periódico EL LORQUINO. 10/09/2016
Nicolasa Guevara es ya una vieja conocida en el mundo del turrón artesano lorquino; hija, nieta y biznieta de turroneros lorquinos , ha heredado la pasión y la secreta sabiduría que hacen de éste el exquisito bocado, obligatorio para cualquier visitante de “la feria chica” que se precie.
Desde su puesto de turrones en la Plaza del Rey Sabio, en plena vorágine de las fiestas patronales, Nicolasa cuenta para “El Lorquino” sus memorias como turronera , y su opinión sobre el futuro este dulce tradicional de la tierra, que no parece demasiado halagüeño.
ENTREVISTA:
Explíquenos, ¿ Cómo se hace el turrón artesano lorquino?
Hay muchas maneras de hacer turrones, como hay muchas maneras de hacer guiso. Por ejemplo, el turrón de cacahuete lleva avellana, harina, canela, raspadura de limón y azúcar, el turrón de patata lleva sémola de patata y el turrón negro está hecho con azúcar, almendra y canela…
Pero ¿Cómo se le da “el punto” que lo hace tan exquisito?
¡Uy! Llevan otras cosas, otros ingredientes pero ¡eso es secreto!…También es cuestión de hacerlo con mucho amor, con mucho cariño, y, claro, la experiencia de tantos años …
Lleva usted muchos años en el mundo del turrón ¿no?
Yo vengo de cinco generaciones de turroneros…Y mi bisabuelo empezó haciendo “caramelicos” , luego empezó a probar a hacerlo de diferentes maneras y de ahí salían diferentes turrones… Tengo 70 años y nací en el turrón. Cuando era un bebé, mi madre me ponía en una caja de madera como si fuera una cuna, debajo de los mostradores, y me mecía con una pierna…Y ya cuando crecí y era zagala, me subía a una caja para alcanzar el mostrador y despachar turrón…
¿Y no ha variado en nada la receta desde aquellos tiempos?
No, nuestra receta es la misma que heredé de mi bisabuelo, mis padres y mis abuelos; mi hija ya lo sabe hacer, aunque mi nieta aún no… Tiene más de cien años , o a lo mejor doscientos…Estos turrones son caseros, igual que los de antes. Los de Navidad llevan más química…
¿Cuál es la variedad que más les piden sus clientes?
Normalmente, los de almendra y los de avellana.
¿Qué recuerdos guarda de la antigua venta de turrones?
Las casetas de antes estaban hechas de cañas, y se ponía una jarapa en el suelo, que era de tierra , sin asfaltar, y una mesica delante para poner el turrón. Si llovía teníamos que salir corriendo. Como no había ni coches ni bicicletas, bajábamos la mercancía desde el centro de Lorca hasta abajo con carros y carretones.
Es una tradición muy antigua, ¿cree que con el paso del tiempo podría desaparecer?
Pues no debería, pero al paso que vamos…
Explíquenos eso…
Mira, hace 50 o 60 se vendía el doble que ahora, e incluso el triple. Se ponían mesas dentro de las casetas, y se juntaban hasta 12 y 15 personas a comer turrón, y eso ya no se hace. Cada año vamos a menos, y la crisis nos ha afectado bastante, y lo entendemos, porque esto es un lujo, y eso que llevamos años con la mismos precios, a pesar de que la almendra está muy cara. Además no se hacen las cosas bien hechas y no se nos dan facilidades.
¿A qué se refiere? ¿Cuáles son esas cosas que no están bien hechas?
Pues por ejemplo, este año, la misa no se ha hecho en nuestro convento de la Virgen de las Huertas sino en un restaurante .Han bajado mucho las ventas de turrón, porque eso ha hecho que nuestras casetas no pillen de paso para ir a misa y la tradición es comerse un trocico de turrón de camino a la iglesia. Y además ¿A quién se le ocurre hacer el mercado el día de nuestra Patrona de Lorca? Desde luego, no es el día apropiado, mucha gente aprovecha para hacer la compra y no viene a la feria a seguir con la tradición; el mercado se debería de haber hecho, por ejemplo, el miércoles. Hay poco respeto por estas fiestas. ¡Son las de la Patrona de Lorca! Se deberían de cuidar más, organizar más cosas interesantes para que el personal se anime y baje a las fiestas, para atraer a más gente estos cuatro días. Y debería haber más unión entre los que venimos a vender, que somos siempre los mismos. Al final, van a conseguir que se pierda la tradición.
¿No se cansa de vender turrón durante tantísimos años?
Nunca me he cansado, jamás. Como te he dicho, he nacido con esto y he vendido turrón hasta estando embarazada.