Una solución urgente para la pasarela Manterola. El testimonio de una ciudadana:

LORCA

Los lorquinos y lorquinas que cada día atravesamos la pasarela Manterola estamos obligados a presenciar la ineptitud y la desidia del Ayuntamiento en forma de farolas estropeadas, cristales rotos y suciedad acumulada, lo que no sólo afea el entorno, sino que pone en peligro a las personas que transitan por ella, especialmente a los niños.

En esta situación son tan responsables las personas que cometen actos vandálicos por sus acciones, como los miembros del Gobierno municipal por sus omisiones. La desidia de las autoridades locales ha desembocado en que el entorno de la pasarela Manterola parezca más propio de un país tercermundista que de una ciudad como Lorca.

El mantenimiento de la zona es inexistente. La iluminación es deficiente debido a que las farolas que se han roto no han sido reemplazadas y los focos que estaban colocados en el suelo han sido tapados con cemento, o con unas placas metálicas.

La inseguridad que produce la ausencia de una iluminación adecuada se agrava por la rotura continuada de los cristales que hacen de baranda. El deterioro es tan grave que transitar por la pasarela se convierte en toda una aventura. Actualmente hay más de media docena de huecos que no tienen cristal, lo que supone un grave riesgo para las personas que cruzan la pasarela, especialmente para los niños y niñas que transitan diariamente por ella.

La degradación del entorno se agrava por la dejadez del Gobierno municipal que ni siquiera se molesta en limpiar, aunque sea mínimamente, los alrededores. La suciedad que provocan algunas personas y animales se acumula en la zona, lo que contribuye a ofrecer una imagen deplorable, más aún cuando alguien se ha tomado la molestia de “decorar” la pasarela con pintadas, que tampoco han sido eliminadas.

La inacción del Ayuntamiento de Lorca se prolonga en el tiempo, al menos cinco años, que son los que han pasado desde que la fuente del río sufrió desperfectos importantes a consecuencia de las inundaciones. Desde entonces se encuentra en mal estado, contribuyendo a ofrecer una imagen deplorable de un entorno que nada que tiene que ver con lo que debe ser la Lorca del siglo XXI.

María del Carmen García Sánchez. Periódico EL LORQUINO.