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Las claves del éxito del tarot barato por teléfono
Lejos de haber desaparecido sepultados por las videoconsultas online, los servicios de tarot barato por teléfono viven hoy una segunda juventud.
Fueron muchos los que pensaron que, con la llegada de las plataformas de videoconferencia, el tarot telefónico tenía sus días contados. Que una llamada no era competencia frente a una videollamada. Sin embargo, en este caso el vídeo no mató a la estrella de la radio. Es más, el tarot barato por teléfono está viviendo una segunda edad dorada. ¿Por qué razón las personas llaman, y cada vez más, a los servicios telefónicos de adivinación?
Hay razones de diversos tipos que explican este nuevo florecimiento del tarot telefónico frente a las consultas propuestas por otros medios. Unas tienen que ver con la tecnología, otras son económicas y algunas otras son de índole psicológica. Y aunque cada canal (la videoconferencia, el teléfono y la clásica consulta presencial) tiene sus pros y sus contras, en términos generales ofrecen un mismo servicio, sin grandes diferencias de concepto entre ellas.
Para situar un poco las cosas, cabe decir que de entre estas tres formas de consulta cartomántica, el tarot barato por teléfono se lleva la parte del león, tanto por su popularidad en cuanto al número de consultas como por el volumen de negocio manejado. ¿Qué lleva a un ingente número de personas a optar por esta vía antes que recurrir a cualquiera de las otras dos?
El tarot barato por teléfono se guarda un as en la manga
La comodidad es sin duda, el primer factor, y el que ha desbancado las consultas cara a cara entre el cliente y el vidente como la forma más “natural” de acudir al tarot en busca de respuestas. Podemos llamar a un servicio telefónico de tarot en cualquier momento del día o de la noche, plácidamente instalados en nuestro sofá favorito o desde donde se nos antoje. No hay que desplazarse, ni que ponerse los zapatos siquiera.
Pero el factor determinante es, seguramente, el precio. La dura competencia online ha obligado a los servicios telefónicos a bajar sus tarifas, que se han convertido en verdaderamente asequibles; nada que ver con los desmesurados precios que se veían hace algunos años. Así, es más justo decir que no es el tarot telefónico, sino las tarotistas baratas por teléfono, las que han ganado la partida.
Al un precio en continuo descenso hay que sumar una calidad al alza para explicar el fenómeno. El tiempo de las consultas telefónicas fraudulentas ha pasado casi por completo. Con los años, las empresas y tarotistas se han dado cuenta de que un servicio serio y profesional es lo único que garantiza a largo plazo una clientela constante (y los que no se han dado cuenta han sido, simplemente, barridos del mapa; la mentira tiene las patas cortas, dice el adagio). El tiempo ha puesto a cada uno en su lugar, digamos.
El tiempo ha servido también para anular las inevitables dosis de desconfianza que acompañan a cualquier novedad tecnológica. El viejo temor consistía, básicamente, en que por teléfono nadie podía estar seguro de que al otro lado de la línea hubiese efectivamente un tarotista con formación y talento leyendo una tirada de cartas. Un temor sin base, ya que nadie garantiza que un tarotista no esté burlando a su cliente en una consulta cara a cara.
La videoconsulta no llega a consolidarse como alternativa
De acuerdo, el gabinete físico del tarotista de siempre, con sus velos, sus textos arcanos y su bola de cristal ornamental, está pasado de moda. Pero ¿qué hay del tarot por videoconferencia online? En principio, reúne todas las ventajas del tarot telefónico (comodidad, inmediatez, buen precio) y las acrecienta con la gran virtud de las consultas de toda la vida: el beneficio de estar viendo al tarotista leyendo la tirada que ha hecho para nosotros.
En realidad, la gran ventaja que ofrece una videoconsulta del tarot no lo es tanto. Al menos, para buena parte de su potencial clientela. El anonimato absoluto que ofrece el tarot barato por teléfono no puede ofrecerlo ninguna otra forma de tirada de cartas. Cual confesionario, el teléfono interpone una barrera física entre cliente y tarotista que suele ayudar al primero a sincerarse con el segundo; algo fundamental para obtener resultados satisfactorios en cualquier consulta del tarot.
Hay otros problemas de tipo tecnológico que podríamos considerar menores y que con el tiempo irán desapareciendo, pero que hoy no son todavía baladíes. Para empezar, no todo el mundo sabe usar las plataformas online de tarot. Ni siquiera todo el mundo tiene un ordenador o un smartphone, por extraño que pueda sonarnos a algunos. El teléfono es más sencillo, tiene menos requerimientos, no se “cuelga”…
En resumidas cuentas, el tarot telefónico está ganando la partida, contra todo pronóstico, tanto a los medios más tradicionales como a los más avanzados tecnológicamente hablando. A medio camino entre ambos, parece ser el preferido de la gran mayoría de personas que consultan el tarot, y no tiene visos de ceder su privilegiada posición. Ya decía el filósofo que la virtud está en el medio.