España
Descubren en el Tajo un barco perdido del siglo XVI
¿Se imaginan descubrir un pecio hundido por casualidad y que, de repente, se convierta en uno de los hallazgos más importantes de la historia de todo un país? Eso es precisamente lo que ha ocurrido en Portugal, cuando unos trabajadores que se encontraban llevando a cabo el dragado del río Tajo se encontraron con un enorme barco hundido y en buenas condiciones para haber desaparecido hace cinco siglos… y, lo más importante, con su carga en buen estado de conservación.
De momento, no se ha dado a conocer el nombre de la embarcación, pero lo que sí se sabe es que era una de las naves que se encargaban de hacer la ruta comercial entre Europa y África. Ahí es precisamente donde radica su valor, al convertirse en un testimonio de primera mano de cómo se producían aquellos viajes por uno de los grandes motores comerciales entre continentes. Seiscientos años más tarde, los expertos aseguran que es un descubrimiento único.
«Es el hallazgo arqueológico más importante realizado en Portugal en lo que va de siglo. La desembocadura del Tajo era la puerta de entrada de Lisboa y en ella se encuentra una gran concentración de restos, debido a los más de cien naufragios registrados desde el siglo XVIII», confiesa Jorge Freire, uno de los responsables del proyecto de arqueología marítima del país vecino y, por tanto, también del descubrimiento realizado en la localidad de Cascais.
Las embarcaciones portuguesas utilizaban esta ruta, que iba desde Lisboa hasta el Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica) y que fue descubierta por Vasco de Gama en 1497, para comerciar entre ambos continentes. Y esta ‘nau’, como se llamaban estos barcos portugueses de gran tamaño que podían utilizarse tanto como de buque de guerra como con labores comerciales, se encontraba cargada de todo tipo de materiales cuando se hundió.
Así, entre los restos que se han encontrado en su interior se han hallado restos de porcelana china del siglo XVI (dinastía Ming), cañones de artillería pesada o unas conchas de bella factura que eran utilizadas para ser intercambiadas por esclavos. Pero según las autoridades lusas, lo más importante del hallazgo tiene que ver con las especias encontradas en su interior, entre ellas la pimienta, que indicaría que el buque viajaba en dirección a Lisboa.
La nave fue encontrada a unos 12 metros de profundidad y se calcula que el barco contaba con unos 100 metros de largo y unos 50 de ancho. Es el segundo buque hundido que se encuentra en los últimos 25 años, después del hallazgo de la nave ‘Nuestra Señora de los Mártires’. La ‘nau’ ahora encontrada se calcula que naufragó entre 1575 y 1626, y su buen estado de conservación ofrece un «valor incalculable» a los enseres que se han encontrado en su interior.
«Es un hallazgo extraordinario que refuerza nuestra identidad colectiva y nuestros valores compartidos», indica Freire, pues este descubrimiento no hace más que confirmar la importancia comercial de Lisboa. El río Tajo siempre se ha considerado como un punto fundamental para comprender la historia de uno de los flujos comerciales más importantes de todos los tiempos: ahora, este nuevo hallazgo echará luz sobre el comercio entre Europa y África.