El jurado considera culpable al descuartizador de Pioz y rechaza el daño cerebral

La fiscalía solicita prisión permanente para Patrick Nogueira por asesinar a sus dos tíos y dos primos en 2016

La decisión apenas se ha hecho esperar un día. Aislados para deliberar desde el mediodía del viernes, los nueve miembros del jurado han anunciado en la noche de este sábado su veredicto sobre el asesino confeso de Pioz, Patrick Nogueria, que mató y descuartizó a sus tíos y primos en agosto de 2016. Un acuerdo que han hecho público pasadas las ocho de la tarde. “Culpable”, ha sentenciado en voz alta el portavoz de un tribunal que ha descartado también que el joven brasileño, de 21 años, sufra un daño neuronal que le impide controlarse y le empuja a matar, como ha defendido su abogada durante todo el juicio.

El juicio contra Nogueira comenzó el pasado 25 de octubre y se prolongó hasta el 31. Más de medio centenar de testigos, peritos y guardias civiles desfilaron por una sala de vistas de la Audiencia Provincial de Guadalajara donde se escudriñaron los detalles de uno de los “crímenes más espeluznantes, horribles y terribles” cometidos en España, en boca de la fiscalía. Los agentes del instituto armado y los forenses judiciales aprovecharon sus intervenciones para desmontar las dos principales tesis de la defensa. Según expusieron, ni el acusado colaboró para resolver el crimen —solo se entregó cuando se vio acorralado, subrayaron— y no padece ningún daño cerebral que predetermine su conducta y le impida controlarse.

Pese a esos reveses, la abogada del asesino confeso, Barbara Royo, persistió hasta el último día en su teoría del “cerebro enfermo”. Pero solo los tres peritos que ella llamó a declarar —un médico, un psicólogo y un psiquiatra— avalaron su versión en base a una neuroimagen de Nogueira. “Negar en pleno siglo XXI la relación entre daño cerebral y conducta es retroceder al XIX”, afirmó la letrada de la defensa, que presenta como “hito” que por «primera vez» se haya aceptado en los tribunales españoles este tipo de prueba médica para intentar demostrar que el acusado cometió el crimen empujado por el daño neuronal que supuestamente sufre. Un argumento que la acusación particular ha calificado de “engaño” y que ha rechazado también el ministerio público: “La defensa quiere hacer un experimento con ustedes con esta teoría [inédita en España]”, advirtió la fiscal al jurado.

El crimen de Pioz conmocionó en 2016 a este municipio de apenas 3.500 habitantes. El 17 de agosto de ese año, el joven brasileño se dirigió hasta el chalé donde vivían sus tíos Marcos y Janaína, y sus primos María Carolina y David, de cuatro y un años, respectivamente. Tras almorzar con su tía y los dos pequeños, los mató. Después, aguardo durante horas a que llegara su tío del trabajo y lo acuchilló tras atravesar el portal. Un crimen que narró en directo por WhatsApp a su amigo Marvin. Le contó cómo descuartizó a los adultos e introdujo los cuatro cuerpos en bolsas de basura, que cerró con cinta americana. Después, abandonó los cadáveres, que no se hallaron hasta un mes después.