Últimas Noticias
Cómo preparar el Camino Portugués para que sea todo un éxito
A pesar de que el Camino Portugués es uno de los más sencillos a realizar también necesita de una previa planificación para que todo vaya en función de lo previsto y sea un rotundo éxito.
Todas las personas que hayan intentado planificar un viaje saben de buena mano la tarea tan ardua y difícil que es conseguir que todos los detalles queden bien definidos para evitar imprevistos no deseados que puedan fastidiar dicho viaje.
En el caso del Camino de Santiago pasa exactamente lo mismo, da igual que el trayecto seleccionado sea el más exigente como puede ser el caso del Camino Francés o que por el contrario sea más leve de realizar como pasa con el Camino Portugués, en cualquier caso requiere de una previa planificación, en la que se dejarán definidas las etapas, los albergues y demás detalles que concierne a esta aventura. Para ello es recomendable visitar páginas web especializadas en todo el tema del Camino de Santiago, un claro ejemplo es https://santiagoways.com/camino-de-santiago/camino-portugues/, dónde aquí los profesionales en la materia encargados de dicha página han dejado bien definidos todos y cada uno de los detalles que se ven implicados en cualquier camino.
El Camino Portugués tiene su inicio en Lisboa (Portugal) y el final en Santiago de Compostela como el resto de opciones disponibles para realizar el Camino de Santiago. La cantidad de kilómetros a recorrer es igual a 620, los cuales se realizarán a lo largo de 25 etapas (cada etapa corresponde a un día en el que se ha recorrido un total de 25 km). El inicio oficial de éste camino es Lisboa pero cada persona valorará iniciarlo en el punto que más le convenga teniendo en cuenta distancia a recorrer y tiempo disponible para realizar la actividad.
Pasos a seguir en la preparación del Camino Portugués
Entrenamiento previo. Aunque es cierto que el Camino Portugués no es de los más exigentes, debido a que no tiene grandes desniveles en sus etapas siendo el desnivel positivo más pronunciado de 500 metros, es necesario un buen entrenamiento físico previo a la aventura en cuestión. En este caso bastará con realizar caminatas de larga duración, empezando al principio por los kilómetros que se puedan resistir sin problemas, para poco a poco ir aumentando dicho número de kilómetros hasta llegar a andar unos 25 o 30 kilómetros en un sólo día. Como se ha comentado antes, debido al escaso desnivel que tiene este camino no será necesario buscar zonas para entrenar que tengan un desnivel positivo considerable, pues es completamente innecesario para este camino en cuestión.
Planificación de las etapas. En este caso concreto, es importante planificar un poco más que en otros caminos las etapas, pues al empezar en otro país distinto a España será necesario tener claro el punto de partida así como las zonas en las que se va a parar a descansar al finalizar cada etapa. De esta forma se evitarán posibles sorpresas desagradables, como por ejemplo que no esté abierto el albergue seleccionado porque justo en esa época del año están de vacaciones, imagínate la situación de estar en un país distinto al tuyo en el cual no hablan tu idioma, es una situación totalmente innecesaria que se puede evitar con un poco de planificación. Además, es recomendable iniciar esta aventura de forma relajada, es decir, evitar recorrer un número excesivo de kilómetros los primeros días, provocando de esta forma la aparición de agujetas excesivas y posibles dolores musculares que nos incapacitan para continuar con la travesía. Para evitar esto, los primeros días de travesía es recomendable recorrer pocos kilómetros para que el cuerpo se acostumbre a la nueva rutina y de esta forma ir aumentando los kilómetros de forma progresiva.
Elegir una alimentación correcta. Dado que durante las etapas hay un gasto calórico más pronunciado de lo habitual, es normal necesitar ingerir cantidades de comida mayores, el problema no es éste sino cómo se ingieren y los alimentos seleccionados para ellas. Lo ideal es tomar un desayuno completo que nos deja saciados pero sin llegar a estar con sensación de pesadez, luego durante el día mientras se realiza la etapa en cuestión se tomarán alimentos ligeros pero energéticos como son las frutas y los frutos secos, finalmente cuando se ha terminado la etapa, es momento de tomar una cena que sea completa y nos deje completamente saciados y recuperados en cuanto a energía se refiere para afrontar de forma correcta la etapa del día siguiente.