Todo lo que necesitas saber sobre los pulsioxímetros

Uno de los productos de electromedicina que ha ganado enteros en popularidad, importancia y ventas, es el pulsioxímetro. También denominado oxímetro, su función es primordial en la detección temprana de síntomas asociados al COVID-19, aún en personas asintomáticas.

¿Qué es un pulsioxímetro?

Gracias a tiendas especializadas en internet ubicadas en España, como el Grupo R. Queraltó, que desde 1898 lleva vendiendo equipos de salud para uso doméstico y hospitalario, y que a través de su sitio web permite encontrar los pulsioxímetros más baratos y con envíos en 24 horas a toda España, hoy día es posible tener este imprescindible aparato en el hogar.

Sin embargo, eso no implica que todos conozcan cómo funcionan o qué son. Un pulsioxímetro, también denominado oxímetro, es un pequeño aparato de electromedicina que se encarga de medir los niveles de oxígeno en la sangre.

Una persona con buena salud tendrá niveles de oxígeno en la sangre de entre el 90% y el 100% -dependiendo siempre de los registros habituales que posea- y todo resultado que arroje un nivel inferior al 85% deberá ser tomado en cuenta, porque podría estar relacionado con afecciones pulmonares y con un funcionamiento incorrecto del cuerpo a nivel celular, algo que suele asociarse actualmente a las enfermedades pulmonares que ocasiona el COVID-19.

¿Cómo funcionan?

Los pulsioxímetros utilizan luces rojas e infrarrojas a longitudes de onda específicas -660 y 940 nanómetros, respectivamente- que apuntan directamente al torrente sanguíneo de la persona que haga uso de este aparato -por lo general es un pequeño dispositivo en el que se inserta el dedo índice o anular-. La sangre oxigenada absorbe la luz infrarroja, mientras que la luz roja es absorbida por la sangre sin oxígeno, de manera que la luz que no es absorbida será emitida de un lado al otro del oxímetro, y permitirá conocer de esa manera el valor indirecto respecto a cuánto porcentaje de oxígeno hay en la sangre.

Es un método sencillo, no invasivo, indoloro y fácil de utilizar por cualquier persona que, además, es muy fiable en los resultados que ofrece.

¿Qué tipos existen?

Si estás interesado en comprar un oxímetro para ti o para tu familia, la mejor decisión es apostar por un pulsioxímetro de dedo, ya que son los más baratos y también los más fáciles de conseguir.

Su funcionamiento es tan sencillo como colocar la punta del dedo dentro del aparato, y a través de una pantalla LCD se indicará un valor numérico correspondiente al porcentaje de oxígeno en la sangre. Son ideales para tener en casa porque, además de ofrecer resultados en cuestión de segundos, son muy baratos y compensarán rápidamente el gasto.

En segundo lugar se encuentran los pulsioxímetros de muñeca. Destinados a su uso en centros sanitarios o consultorios privados, se utilizan como una pulsera y el funcionamiento es estrictamente el mismo que en el caso de los dedos. Sin embargo, algunos expertos afirman que en la muñeca -por el torrente sanguíneo que pasa por allí- se obtienen datos más fiables.

Finalmente están los pulsioxímetros de mesa. Son más grandes, más precisos y fiables, y se usan sólo por profesionales. Son útiles para análisis en masa -cuando hay muchas personas que requieren de estos estudios-, por lo que son muy conocidos en competiciones deportivas de élite, ya que los atletas necesitan conocer sus niveles de oxígeno antes de afrontar los esfuerzos propios derivados de la práctica de su disciplina.

¿Por qué necesitas tener uno en casa?

Un cuerpo con niveles insuficientes de oxígeno en la sangre puede requerir atención médica inmediata, sin importar cuáles sean las razones o el origen de tal deficiencia. El problema suele estar en que la mayoría de las personas ni siquiera se percatan que están acusando niveles bajos de oxígeno, salvo en los casos graves cuando se produce insuficiencia respiratoria, sensación de ahogo o de cansancio, así como un incremento desmesurado de la presión cardíaca.

Además, motivado por la crisis sanitaria de la pandemia del COVID-19, cualquier patología no puede ser derivada a los hospitales, salvo que se trate de casos estrictamente necesarios. Así, los pulsioxímetros se convierten en los mejores aparatos para detectar el momento necesario para acudir realmente a un especialista, porque los valores de oxígeno en la sangre así lo puedan indicar, y también permite saber cuándo es mejor quedarse en casa.