Aquel horrible crimen en Cuenca

[symple_column size=»one-half» position=»first» fade_in=»false»]Padres los que tengáis hijos, hijos los que tengáis parientas, parientas que tengáis primos y primos que tengáis suegras. Mirad que crimen más feo en la provincia de Cuenca…[/symple_column]

ELLORQUINO| Esto cantaban hace un siglo por los pueblos los copleros, rodeándose de curiosos, narrando el miserable crimen que unos pastores habían cometido. No se puede negar que, conociendo la horrible historia, este cantar se adapta más a la actualidad que a aquel tiempo. Estas semanas la crónica negra española se vuelve a teñir de rojo por la desgracia, la desgracia de existir un miserable “supuesto” asesino que todavía tiene la fortuna de tener derechos.

¿Los tuvieron las pobres muchachas a los que “supuestamente” privó de la vida? La diferencia es que esta vez, el asesino tiene la presunción de inocencia, a pesar de que él mismo ha confesado. No ocurrió así con Gregorio Valero y León Sánchez, que negaron en todo momento (y con razón) su inocencia, pero nadie les creyó.

Existe una doble adaptación de los hechos, en el cine y en libro. La versión cinematográfica fue dirigida por Pilar Miró en 1979, pero no vio la luz hasta dos años después, pues fue víctima de los últimos retazos de censura. No ocurrió así con el libro, escrito por Lola Salvador Maldonado (guionista de la película), del mismo nombre y año (1979). En agosto de 1910 desaparece el pastor José María Grimaldos, el Cepa, después de vender unas ovejas.

No tardó la familia del desparecido en culpar a dos compañeros de éste, León Sánchez y Gregorio Valero, escudándose en que le habían matado para robarle el dinero de las ovejas vendidas, aprovechándose de las limitaciones mentales de la víctima. Pasaron unos años hasta que un nuevo Juez llega a la zona y reabre el caso, influenciado por el cacique local, y los dos pastores son apresados, interrogados y torturados (No tuvieron estos presunción de inocencia).

Hasta tal nivel llegan los maltratos y afrentas que se confiesan autores del crimen, a pesar de no serlo. Esta historia, se podría decir que tiene un final “feliz”, y cuando menos, sorprendente e inimaginable. Sin embargo, los dos “asesinos” perdieron once años de su vida, once años de dignidad y su amistad se vio truncada para siempre.

Película muy impactante (incluso hoy en día que ya se ha visto de todo en el cine), con escenas muy crudas de las torturas y vejaciones, y un libro muy intenso que te sobrecoge hasta tiempo después de haberlo acabado. Quizá, por saber que aquello ocurrió de verdad y sólo hace poco más de cien años. Tanto un formato como el otro, son verdaderas obras de culto, y un impactante retazo de la cruel historia y realidad de aquel tiempo. Pasarán años, siglos… y no habremos evolucionado lo más mínimo. Y por desgracia, la mirada de toda España se vuelve a posar sobre Cuenca. El más sentido pésame hacia esas pobres familias…

Redacción: Fernando Cabrera. Periódico El Lorquino.