Conecta con nosotros

Dios salvó a la Reina y el show continuó

Cultura

Dios salvó a la Reina y el show continuó





Todo aquel que haya leído alguno de mis artículos habrá comprobado que el rock es algo que va incluido en mi vida. No concibo el día a día sin que alguna canción de este palo entre por mis oídos, por lo que no será de extrañar que me emocione por la velada que pude disfrutar anoche.mercury

FERNANDO CABRERA – EL LORQUINO 04/10/2015 Vivo, con cierta pena, lejos de mi casa, pero habitar cerca de Barcelona tiene también sus ventajas, pues pude deleitarme con la música de uno de los mejores grupos de la historia, en su máxima expresión, Queen. Es lógico que no eran los auténticos Queen los que visitaron anoche el Palau Sant Jordi, pero no podía dejar pasar esta oportunidad de ver a la que es considerada la mejor banda tributo a la Reina del Rock. God save the Queen (Dios salve a la Reina) es una banda argentina que se dedica a hacer homenaje desde finales de los 80 a aquel mítico grupo que nos ha dejado himnos inmortales que volarán sin trabas por la historia y serán conocidos por nuestros hijos y sus hijos.

No es muy común que una banda tributo llene un lugar como el Palau Sant Jordi (Sólo alguna como Letz Zep, tributo a Led Zeppelin, puede tener ese privilegio), pero cuando la banda en concreto no sigue en activo, la existencia de este tipo de grupos de tributo, tan fieles que parecen los originales, se convierte en la única opción de poder disfrutar de lo que ya gozaron nuestros padres en los 80. Y es que Pablo Padin (alias Freddy Mercury) es un fiel reflejo del desaparecido vocalista de Queen, copiando el aspecto, la voz y los gestos hasta el nivel de no saber si estás viendo un fantasma sobre el escenario.

Lo mismo ocurre con Francisco Calgaro, que parece una versión rejuvenecida de Brian May. El legado de Queen es inmortal, una maravilla de la música, pero lo que realmente hizo aquel espectáculo tan digno de mención como si se hubiera tratado de los originales, fue el hecho de que era un concierto sinfónico. Su visita a España está compuesta por dos tipos de concierto totalmente distintos, distribuidos en seis ciudades (Barcelona, Zaragoza, Madrid, Valencia, Sevilla y Málaga).

Por una parte está éste que pude disfrutar anoche, y que también realizarán en Zaragoza, un repaso por los mayores éxitos de la banda, apoyados en una maravillosa orquesta sinfónica de unas 70 personas, compartiendo escenario con los cuatro integrantes de la banda; por otro lado está la gira A Kind of Magic tour, que es un tributo a la más famosa de las giras que hizo Queen allá por el año 86. Si es difícil no tararear una canción de la banda, imaginad cuando semejante orquesta apoya al grupo dándole mayor profundidad y magia.

Vibró el palacio ante el poder de la reina y su potente aura. Nada más empezar con One Vision no pude creer que no fuera Mercury el que se movía en el escenario. No fui capaz de creer en ningún momento que ese hombre no era el mismo que tanto he visto en distintos videos. Fueron pasando con maestría soberbia por los mayores éxitos de los ingleses (One visión, Another one bites the dust, Kind of magic, Under Pressure, I want it all…), pero había ciertas canciones en que la presencia de la orquesta se hizo más relevante. Al escuchar Who wants to live forever me entraron unas ganas locas de ver de nuevo Los Inmortales. Cuando llegó el turno de Innuendo (una de mis favoritas) me estremecí con el momento en que Brian May (o Francisco Calgaro) comienza a tocar la guitarra española. Con Show must go on terminaron una primera parte espectacular y nos dieron unos diez minutos para que pudiéramos recobrar el aliento. Yo ya me había hecho a la idea de que se trataba de los originales Queen.

Tras la pausa, la orquesta empezó a tocar y cuando pensaba uno que no se iba a sorprender, escuchas los acordes de aquella mítica canción que compuso el vocalista a la ciudad condal. Pablo (Mercury) apareció ataviado con un esmoquin igual al que portó el cantante en el famoso video del tema Barcelona, junto con Monserrat Caballé. Aquí no estaba la famosa soprano amiga de Mercury, pero sí una chica que no tenía nada que envidiar a la otra. En ningún momento pensó nadie en que aquel tema no fuera el original, debido a la semejanza, casi imposible de creer, de las voces de ambos. Está claro que éste tema fue uno de los más aplaudidos por lo que es obvio.

A esta canción de corte operístico le siguieron otros hasta que retomaron el concierto que habían estado dando en la primera parte, haciendo otro repaso a los grandes temas, hasta que llegó el inevitable final con dos imprescindibles: Don´t stop me now y la mítica Bohemian rhapsody. Al acabar el monstruoso concierto, que jamás hubiera imaginado uno en una banda de tributo, se le queda a uno el vello de punta, pensando que ha estado viendo a los fantasmas del rock pisando las tablas. Miles y miles de personas nos trasladamos aquella noche a 1991, viviendo, quizá, uno de los últimos conciertos que hubiera dado el inolvidable Freddy Mercury.

Y es que si te gusta Queen y estás cerca de alguno de sus conciertos, no dejes de ver a esta banda que es lo más parecido que estaremos nunca de verlos en directo. Noche inolvidable y mágica a la que por añadir algún pero (para que no quede tan pelota el artículo), yo hubiera incluido algún tema de sus dos primeros discos, que son mis favoritos aunque también los menos conocidos y más olvidados. Y aunque esto ocurriera lejos de nuestra tierra, tenía que describirlo, porque si no… lo mismo hubiera reventado. ¡Y que viva la Reina! 


Redacción: Fernando Cabrera para Periódico EL LORQUINO. 


 

 

Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más de Cultura

To Top