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Celia Agüera, lorquina y experta en educación para la muerte (entrevista)

Educación

Celia Agüera, lorquina y experta en educación para la muerte (entrevista)

Entrevista realizada por Ana Belén Miñarro. Periódico EL LORQUINO. 

Celia Agüera, autora de la  tesis doctoral  La construcción de la muerte en edades tempranas  : “ Tanto niños y adultos tenemos que entender la vida como un ciclo con un principio y un final”




Celia Agüera, lorquina y alumna de la facultad de Educación de la UMU, ha dedicado los últimos años de su vida a investigar cómo transmitir a los niños un correcto concepto de muerte, apropiado para la salud mental.  En vísperas de la festividad de Todos los Santos , esta experta en educación para la muerte aboga en Periódico el Lorquino por integrar ésta como parte inevitable de nuestras vidas y ayudar a los niños a afrontarla de manera directa y realista , de acuerdo a las capacidades adecuadas a su edad, además de ofrecer una propuesta de actuación para su abordaje en las aulas.

¿Por qué decidiste trabajar la “construcción de la muerte en edad escolar” en tu tesis doctoral?

Lo que me llevó a investigar este tema los últimos cuatros años de mi vida fue la curiosidad de saber qué piensan y qué sienten los niños y niñas ante el tema de la muerte, cuando éste es generalmente un tema que no es abordado ni en la escuela ni en la familias. Sin embargo, diferentes estudios científicos demuestran que en edades tempranas los niños y niñas muestran inquietudes y curiosidad por saber.

Como defienden muchos psicólogos, ¿crees que la sociedad moderna ha “dado la espalda” a la muerte en vez de integrarla y normalizarla como parte inevitable de la vida?

Totalmente de acuerdo con esa postura, nos encontramos en una sociedad que evita pensar en la finitud, que hay un principio y también un final. Vivimos como si fuésemos a vivir eternamente, muchas veces el hecho de no pensar en la muerte, de poner en marcha diferentes mecanismos o estrategias mentales para no ser abordado, al no disponer de estrategias para poder afrontarla de una manera adecuada muchas de los casos se traduce en un futuro a tener más riesgo de presentar duelos crónicos.

El tabú social de la muerte se refleja en los centros educativos como un tabú profesional, siendo uno de sus indicadores la ausencia casi total en los proyectos educativos y curriculares de etapa de los centros educativos. Sin embargo, la muerte contiene un valor formativo excepcional, de carácter extraordinario.

¿En qué han consistido exactamente tus investigaciones?

Mi investigación ha constado de diferentes partes, la primera ha consistido en analizar cómo los niños y niñas entre 8 y 12 construyen el concepto de muerte y si en esas edades los subconceptos de universalidad, irreversibilidad y cesación de las funciones vitales son adquiridos o no. Respecto a los jóvenes de educación secundaria hemos investigado si disponen de estrategias y/o mecanismos para poder afrontar la muerte, analizando los diferentes miedos puede provocar este tema. Por otro lado, paralelamente, hemos trabajado con familias, ya que no interesaba conocer como abordan este tema en casa ante la muerte de un ser querido y también con docentes, para conocer cómo trabajan este tema en sus aulas. Como punto final de nuestra investigación, hemos elaborado un proyecto de intervención destinado al alumnado desde educación infantil hasta bachillerato.




¿Cuáles son los fundamentos de una correcta construcción de la muerte a edades tempranas?

Para poder construir un significado de lo que es la muerte y poder afrontar su dolor y elaborar de manera adecuada el duelo, tanto niños como adolescentes deben comprender cuatro conceptos clave:

  1. La muerte es universal: todos los seres vivos mueren.

Es necesario aclararles a los niños que todas personas morimos. La curiosidad de los niños y una cierta sensación de angustia sobre la universalidad de la muerte, puede poner en una situación comprometedora al adulto cuando debe de explicárselo. Es importante no mentir, al igual que no responder con un sí o un no rotundo, ya que contestar de esta manera es contribuir a la no asimilación, y cuando se contesta con sí, es necesario usar términos que puedan dar respuesta asumible a su capacidad emocional y cognitiva.

  1. La muerte es irreversible

Cuando morimos no podemos volver a estar vivos nunca, la muerte  es un estado permanente Los personajes de los dibujos animados o videojuegos suelen morirse durante un rato, incluso los niños cuando juegan suelen morir pero vuelven a vivir rápidamente y eso hace  que tengan una compresión errónea.

  1. Todas las funciones vitales terminan completamente en el momento de la muerte.

Hace referencia al hecho de que cuando una persona muere su cuerpo deja de funcionar. Este hecho tan comprensible para un adulto no lo es para los niños, por dos razones.    La primera razón es por la limitación cognitiva y emocional; a los niños pequeños les resulta difícil comprender significando del fin de las funciones vitales.                         La segunda razón son los adultos quienes “alimentan” determinados pensamientos en los niños, ya que el carácter metafórico que un adulto puede usar el niño lo va a entender como algo literal. Con expresiones como “tu abuelita te sigue queriendo y que todos los días te manda muchos besitos desde el cielo”, el niño puede pensar “¿Por qué no vuelve la abuelita si tanto me quiere?  Por otro lado, hay que diferenciar el “seguir vivo en nuestro corazón” cuando se los explicamos a un menor, diciéndole que es en el mundo de los recuerdos donde permanecerá la persona .

  1. ¿Por qué nos morimos? Toda muerte tiene un por qué.

Tenemos que explicarle al niño el porqué de la muerte de la persona que ha fallecido, es importante que sepa que existe una causa física por la que morimos, ya que si no le damos una explicación o no lo comprende, elaborará su propia teoría, dejándose llevar por el pensamiento mágico y generándole más angustia.  Es importante que cuando le expliquemos el porqué de la muerte no debemos darle detalle si se ha tratado de una muerte violenta.                                                                                                            También se puede hablar de las creencias religiosas, espirituales o filosóficas,

¿Se trabaja de forma diferente según las etapas de la niñez?

Si, se trabaja de manara diferente según la etapa en la que se encuentre el niño. Los niños interpretarán lo sucedido dependiendo de las explicaciones recibidas y de su capacidad de comprensión, estando limitadas las interpretaciones y dominadas por el pensamiento mágico, concreto y literal. A los niños cuando se les explica de verdad qué es morir generalmente ellos siguen elaborando sus propias teorías y necesitan un tiempo para poder asimilar la información y la realidad. Es en estos momentos cuando necesitan conocer y saber por ello es importante que esté acompañado de un adulto para evitar así complicaciones en el proceso de duelo.

A nivel preventivo, ¿cómo debería concebir un niño la idea de la muerte?

Tanto niños como adultos debemos de entender el ciclo de la vida, con un principio y un final, que nos invite a reflexionar a que debemos vivir y disfrutar de cada momento, vivir con consciencia, disfrutar de momentos únicos e irrepetibles.                              Como aspecto destacable, debemos de tener en cuenta que cuando se ha producido la muerte de un ser querido de un menor, nos tenemos que asegurar que el menor no piense que él mismo es el responsable de la muerte, el sentimiento de culpa suele ser sentido por los niños, especialmente entre los más pequeños, hasta los diez años de edad aproximadamente. Los adolescentes se pueden preguntar si han tenido que ver con la muerte  si la relación con la persona era conflictiva. Para ello es necesario hacerle entender al menor que las conductas de enfado, rebeldía, pensamientos negativos y emociones determinadas no provocan la muerte en la otra persona.

A un nivel paliativo, se escucha mucho “el abuelito se ha ido al cielo” ¿es esa la manera adecuada de explicarle a un niño la muerte de su abuelo?

Estas expresiones hay que evitarlas porque puede provocar miedos en los niños y confundirles ya que los menores toman el sentido literal de la frase. Si lo consideramos necesario podemos comentar nuestras creencias religiosas o espirituales, una vez que se haya dado una explicación física de la muerte.

Tenemos que dar respuesta a sus preguntas, incluso si las preguntas hacen referencia al por qué de la muerte de un ser querido. Por ejemplo “¿Por qué mamá ha tenido un accidente?” Podemos decirle que no sabemos por qué ha sucedido, que en la vida hay cosas que no podemos controlar y que la muerte es una de ellas.

Para iniciar de manera positiva el proceso de duelo le hablaremos del amor que sentimos por esa persona, el deseo de no olvidarla nunca y los recuerdos .

Quizás la muerte de un abuelo es más “natural”, pero ¿cómo tratar la pérdida de un padre o una madre? ¿Se trabaja de forma diferente según la “cercanía” del ser querido?

Cuando muere una de sus figuras de apego principal, en todo momento debemos de decirle la verdad y ésta debe de ser transmitida lo antes posible y no postergarlo en el tiempo por una persona en la que confíe y sea cercana para él. Al hablarle debemos de mostrar cariño, ternura, dando la noticia con cuidado y con afecto y asegurarles que él, sus hermanos u otros miembros de la familia están bien, sanos y que le van a cuidar.

¿Qué consecuencias futuras puede tener para un niño una incorrecta asunción de la muerte de un ser querido?

Se traducirá en un aumento de posibilidades de un duelo complicado. El duelo complicado tiene a modo de ejemplo estas características: depresión, trastornos de ansiedad, adicciones, conductas desadaptativas, incapacidad para desvincularse de la persona fallecida, …

Abogas por la necesidad de una “formación específica de los profesionales de la educación”. ¿No sería quizás ésta una tarea que corresponde a la familia?

La escuela es una agente de socialización muy importante para los menores, sobre todos en sus primeros años de escolarización, por lo tanto familias como educadores deben de poseer de una formación específica para poder abordarlo . Sin embargo, los educadores deberían de poseer unos conocimientos para saber cómo actuar cuando uno de sus alumnos se encuentra en duelo, ya que suele presentar problemas de atención y concentración,  conductas de tipo ansioso, arranque repentinos de llanto, etc.            También consideramos apropiada la creación de las escuelas de padres y madres donde puedan abordar la muerte.




¿Cómo podría tratar manejar un maestro este tema con sus alumnos?

El maestro puede tratar este tema de dos maneras, la primera es cuando lo hace de manera paliativa, es decir decide hablar de este tema, previamente con una formación y las posibilidades son infinitas, dependiendo del tramo escolar en que se encuentren, el maestro puede trabajar la educación de la muerte a través de noticias, lecturas de cuentos, canciones.

Cuando el maestro maneja con alguno de sus alumnos este tema porque se ha producido la pérdida de un ser querido, éste se debe de convertir en un ‘Acompañante Educativo’ que pretenda,  desde la orientación y preferentemente desde la actuación del tutor, abrir canales para la expresión posible del niño, respetar cualquier expresión, permitir que se apoye en él en cualquier momento, para que reemprenda la escalada, favorecer su autonomía, ofrecer la contención y el apoyo necesario permitiendo que haga su propio recorrido aunque no responda a ningún esquema preestablecido ni a nuestras expectativas ,mantenerse disponible. Nuestra oferta de ayuda no debe limitarse sólo al principio, debería mantenerse en el tiempo, cada persona tiene ‘un tiempo’ para la elaboración del duelo y para ‘enterarse’ de lo que sucede.

¿Algún libro o película como recomendación para nuestros lectores?

Difícil pregunta, pero si tuviese que elegir recomendaría el libro “Martes con mi viejo profesor” de Albom y la opera prima de Carla Simón “Veran




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Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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