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Imparcialidad y asesoría: La figura del notario

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Imparcialidad y asesoría: La figura del notario

La presencia de un notario en cualquier vida es más común de lo que parece. Ejerciendo su labor bajo la imparcialidad y el vasto amparo de la ley, su labor consiste en algo más que legitimar un documento. Se trata de una profesión cuyo primer objeto es el de actuar en beneficio de todos sus conciudadanos. 

La figura del notaria en la sociedad

La ley, y por lo tanto la legalidad, es aquello que nos permite conferir reconocida validez o ilegalidad a muchos de los procedimientos, hechos, circunstancias o incluso propiedades de nuestra vida. En ella entran los parámetros que blinda el sentido de la justicia en el sistema de una sociedad, de un país, continente e incluso del mundo. Y sujetos a su aplicación, supervisión y preservación, existen distintos agentes o funcionarios cuya labor es la de regular legalmente cualquier trámite, procedimiento o causa cuyo objetivo competa a dicha noción de legalidad. Tomando como ejemplo notarios madrid centro como la Notaría Periel, cuyo fin, además de asegurar la legalidad de un documento, es el de asesorar al ciudadano sobre ello.

A resumidas cuentas, la figura del notario, entendida como la de funcionario público y profesional de derecho a la vez, sirve para dar validez legal a un documento. Dando fe de ello, o presunción de verdad, en el ámbito jurídico-privado extrajudicial. Y, por ello, asesorando a otros individuos sobre las distintas vías o posibilidades jurídicas que más se ajusten a las necesidades de su requerimiento. Dada su función, y huelga decir que se trata de una figura incontestablemente relevante en una sociedad, sólo en España existen casi 3.000 notarios. Y es que la valía de su propósito no puede entenderse sin el gran abanico de ámbitos que cubre su profesión.

Legitimación, fe y validación

Además del asesoramiento, capital ante la voluntad de legalizar cualquier tipo de acto o documento, los notarios abarcan todo tipo de procedimientos. Desde testimonios para acreditar legalmente un acto, pólizas intervenidas para legitimar la identidad de quien la posee, hasta actas donde recoger hechos de forma presencial para su acreditación o escrituras. Estas últimas, destinadas a la documentación de un contrato jurídico con el fin de otorgarle un valor probatorio, y por lo tanto legal, en el marco jurídico. Unas operaciones que, básicamente, pueden resumirse en el sentido de conceder de hecho seguridad jurídica al individuo que así lo precise.

Asimismo, todo cuanto resguardan los mencionados documentos atañe a los trámites para un divorcio, un matrimonio, la recepción o configuración de una herencia, la compraventa de una vivienda, una donación, testamentos y muchísimo más. Por tanto, todo tipo de trámites y procedimientos que forman parte de la organización legal y documental de una sociedad amparada por la ley, por el plano judicial. Por tanto, es perfectamente posible que, en algún momento de nuestras vidas, y sea por el motivo que sea, precisemos de un notario que brinde fe y validez a nuestro documento. Facilitando el proceso, además, gracias a la posibilidad de presupuestar los servicios de una notaría de Madrid como Periel.

No obstante, es también preciso destacar que, dado que los servicios de un notario están sujetos a la ley, y ésta, a su vez, es irreductible e inviolable, todas las notarías, siendo oficinas públicas a disposición de la ciudadanía, proporcionan el mismo tipo de servicios. Con ello, todo notario está preparado de forma profesional, además de imparcial para estar en igual de condiciones para con el propósito de la ley. Del mismo modo, cada cliente tiene libertad absoluta para escoger su notario sin que ello pueda repercutir de otro modo que no sea la imparcialidad. Entendiendo, así, que la labor de un notario está también supervisada y organizada por el Consejo General del Notariado. La máxima expresión de la figura de ojos vendados de la Dama de la Justicia.

Al servicio de la ciudadanía

A pesar de que los principios de la justicia puedan acotarse a cierto sesgo moral, aunque ello atañe a nociones individuales, la justicia opera bajo un precepto de equidad. Es decir, idéntica para cada individuo en singular que conforma la totalidad de la ciudadanía de un país. En ese sentido, un notario ejerce su función como un agente incorrupto e incorruptible que se ajusta milimétricamente al poder judicial. Y he de ahí que sea necesaria también su función para con el asesoramiento, dado que la alta capacidad de su profesión y el rasgo imparcial de su actividad sirvan a modo de diccionario o consultorio de instrucciones de corte judicial.

Asimismo, su labor es garantía de legalidad y seguridad, lo que proporciona mayor tranquilidad para momentos que lo requieren, como ahora adquirir una casa o efectuar un divorcio. En ese sentido, el notario dedica su tiempo previo a estudiar cada caso a fin de poder aconsejar al cliente del modo más adecuado. En definitiva, uno de los actores de la ley que, mediante su alto conocimiento y capacidad de resolución, trabaja en beneficio de las solicitudes del ciudadano siempre que éstas se acoten a su debido marco legal. Porque la justicia no existe por sí misma, aun a pesar de toda la literatura judicial que preexiste y deberá existir, y se debe, por encima de todo, a quienes la ejercen por el bien de sus conciudadanos.

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Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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