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La importancia del abogado penalista en el proceso judicial

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La importancia del abogado penalista en el proceso judicial

Todos los días oímos, en los programas informativos y los noticieros, decenas de crímenes son noticia por su espectacularidad, su gravedad, o incluso un cierto carácter morboso, por el tratamiento que se le dan a estos asuntos en determinados programas matutinos de la televisión generalista.

El interés de la ciudadanía por estos asuntos de crímenes y sucesos ha sido histórico y tiene su principal reflejo en el éxito que alcanzó el semanario El Caso, especializado en estos asuntos y que se editó desde el año 1952 hasta 1997.

La repercusión de sucesos de relevancia y crímenes que atrapan el interés de los ciudadanos tiene su reflejo en el auge de los despachos de derecho penal, que se especializan en macrocasos de corrupción, crimen organizado, delitos de homicidio, agresiones sexuales, ajustes de cuentas o delitos fiscales, entre muchos otros.

De manera diaria, los abogados penalistas tienen que enfrentarse a la ardua tarea de defender a presuntos criminales en el peor de los casos o bien a personas acusadas de haber cometido un crimen. Es importante señalar que los abogados penalistas no son cómplices ni amigos de sus clientes, sino profesionales del derecho que se dedican a defender los derechos de sus defendidos.

En la actualidad, el derecho penal y los diferentes casos mediáticos han servido de escaparate para muchos abogados que están despuntando por su calidad jurídica. Un buen ejemplo de ello es Manuel Rincón, considerado por muchos como el Mejor abogado penalista en ejercicio en España.

El derecho penal y sus controversias a nivel social

El derecho penal, al igual que otras ramas del derecho, requiere de una formación previa y un trabajo exhaustivo cuando se toman las riendas de cualquier caso, especialmente si se trata de un fenómeno mediático.

La rama penal, si cabe, es más delicada que otras, ya que las consecuencias de un proceso penal mal defendido son muy graves para cualquier acusado. Una sentencia de culpabilidad por un presunto crimen que no se ha cometido puede llegar a suponer el ingreso en prisión y el pago de importantes cantidades económicas.

Por otra parte, la sociedad debe entender algo que ya comentamos previamente, el abogado penalista no es amigo ni comparte las razones que llevaron a sus clientes a cometer presuntamente determinados crímenes, sino que su función es la de defender sus derechos.

En la democracia española, todo el mundo tiene derecho a ser representado judicialmente por un experto en asuntos jurídicos y, aunque haya cometido todo tipo de crímenes, la tarea del abogado penalista es trabajar por reducir al máximo las responsabilidades penales a cumplir para con la sociedad.

¿Qué características debe cumplir un buen abogado penalista?

Ante la dificultad que supone ejercer con garantías la defensa penal, los abogados penalistas deben adquirir ciertas habilidades para ejercer esta profesión. La primera de ellas es obtener la acreditación adecuado.

Como sabemos, para ejercer como abogado es necesario estar colegiado, pero solo podrán ejercer como abogados penalistas aquellos que tienen un máster en derecho penal y han aprobado un examen de capacitación profesional de la abogacía.

Además de la formación mínima exigible, los profesionales de esta rama del derecho deben continuar con sus estudios asistiendo a cursos, charlas y foros, para estar en contacto con otros profesionales e ir actualizando sus capacidades. El ejercicio activo de la profesión es una práctica que ayuda a mantenerse al día de la situación del derecho penal en España, la jurisprudencia y las sentencias dictadas por jueces.

En lo que refiere al contacto directo con los defendidos, es imprescindible que los abogados penalistas tengan empatía con sus clientes, pues se trata de defender sus derechos y reducir en la medida de lo posible sentencias desfavorables en el peor de los casos. Esta empatía, sin embargo, no implica calidez con los clientes, sino únicamente profesionalidad, pues los casos deben ser tratados con frialdad, calculando las estrategias de manera eficiente.

Y es aquí donde juegan un papel importante las estrategias. En los procesos penales, los abogados deben actuar con inteligencia para definir el camino a seguir y lograr un buen enfoque en la defensa. Esto se consigue con buena capacidad de negociación, intentando lograr mediaciones para solucionar el problema de la mejor manera posible.

El refranero español es sabio, y una de sus lecciones es “más vale un mal acuerdo que un buen pleito”. Este refrán popular es muy trasladable al ejercicio de la abogacía, y especialmente en la rama del derecho penal. La sabiduría popular muestra con acierto que los buenos abogados son aquellos que son capaces de negociar.

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Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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