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Arqueólogos hallan el posible lugar donde Jesús realizó su primer milagro
Las excavaciones realizadas cerca del mar de Galilea dejan claro que la veneración a Kafr Kanna, como escenario de las bodas de Caná, se debía a una confusión.
Uno de los objetivos del peregrinaje cristiano a Israel, el lugar donde Jesús de Nazaret transformó el agua en vino según el Evangelio de Juan, probablemente no esté donde lo buscaban y veneraban en los últimos siglos. A eso apuntan las últimas excavaciones realizadas en la región de Galilea por el arqueólogo Tom McCollough y su equipo.
El científico, citado por Daily Mail, sostiene que el sitio más probable del primer milagro de Jesús, producido durante bodas de Caná, no es la ciudad de Kafr Kanna sino el antiguo asentamiento judío de Khirbet Qana. Este segundo punto geográfico tiene ahora el aspecto de una ladera polvorienta situada a 8 kilómetros al norte de la mencionada ciudad, pero fue habitada entre los años 323 a.C. y 324 d.C.
Los arqueólogos han descubierto una serie de pistas convincentes de que era exactamente ese lugar. Entre ellas McCollough destacó «un gran conjunto de cuevas de veneración cristiana, que fue utilizado por los peregrinos cristianos que llegaban para venerar el milagro del agua y el vino». Este complejo, dijo, estaba en uso a finales del siglo V o a principios del siglo VI y volvió a ser utilizado por los peregrinos en la época de los cruzados, en el siglo XII.
Pruebas persuasivas
Otros tres sitios arqueológicos también ‘compiten’ de forma creíble por ser la Caná de Las Escrituras, admitió el profesor británico. «Pero ninguno tiene un conjunto de pruebas como Khirbet Qana», aseguró.
Las referencias a Caná se alinean geográficamente con la ubicación de ese antiguo asentamiento y lógicamente con los desplazamientos de Jesús. La mención en el Nuevo Testamento y en los textos rabínicos indica que la aldea era judía, se encontraba cerca del mar de Galilea y en la región de Baja Galilea. «Khirbet Qana cumple con todos estos criterios», valoró McCollough.
Las excavaciones del grupo demostraron que esta era una próspera aldea judía. Cobijaba una red de túneles utilizados para el culto cristiano, donde las paredes llevan cruces y referencias al Señor en griego. También había un altar y un estante con los restos de una jarra de piedra, al estilo de aquellas que contenían el vino convertido por Jesús.
Mientras tanto, la ciudad de Kafr Kanna, que no fue reconocida como un lugar de peregrinación hasta el siglo XVIII, puedo ostentar ese privilegio debido a una confusión. Desde allí los monjes franciscanos manejaban la peregrinación cristiana y aseguraban el paso fácil a Nazaret, que está a pocos kilómetros al sudoeste, y otros sitios de Tierra Santa.