Cartagena
Hallan a la familia de un militar cartagenero ejecutado por el Franquismo en el cementerio de San Fernando (Cádiz)
La Asociación por la Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando (AMEDE) ha localizado a la familia de un militar cartagenero ejecutado por el Franquismo en 1940, de nombre Alberto García Martínez, tras hallar sus restos en una de las siete fosas comunes del cementerio de San Fernando (Cádiz).
El de García Martínez, que contaba con 43 años en el momento de su fallecimiento, es uno de los 229 cuerpos enterrados en las fosas excavadas en el camposanto, después ser fusilados durante la Guerra Civil y años inmediatamente posteriores.
Hasta el momento han sido exhumados y trasladados al Centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO) de la Universidad de Granada muestras óseas del fémur de 108 cadáveres –entre ellos, el de este militar– junto con las muestras de AND de algunos familiares vivos.
García Martínez, con residencia habitual en la calle San Pedro del barrio cartagenero de San Antón, fue asesinado de un tiro en la cabeza a las 6.00 horas del 18 de junio de 1940, frente a la tapia oeste del cementerio gaditano, y luego sepultado bajo tierra dentro de una caja de madera.
Ochenta años después, sus restos han sido localizados e identificados, de forma presuntiva, gracias a los dos anillos que portaba el cadáver en el dedo índice de la mano derecha, uno, el más grueso, con su nombre, y el otro, con el de su esposa, Dionisia.
La asociación memorialista ha conseguido localizar a través de las redes sociales a un nieto del militar, descendiente de su hijo también de nombre Alberto, que en el momento de la muerte de su padre tenía siete meses. Además de este niño, el soldado tuvo una hija, María Mercedes, que contaba con nueve años.
Según ha explicado a Europa Press Jorge Cepillo, el arqueólogo que dirige la intervención en las fosas, para poder determinar de forma definitiva si ese cuerpo corresponde al de Alberto –aunque todas las pruebas así lo apuntan– es necesario que alguno de sus descendientes se realice un test de AND.
En caso de que las pruebas resultaran positivas, los familiares vivos tendrán la posibilidad de hacerse cargo del cuerpo o inhumarlos en una sepultura colectiva, a modo de panteón, que se construirá en el mismo cementerio en el que fueron enterrados.
CABO DE UN BUQUE REPUBLICANO
García Martínez era cabo fogonero del destructor ‘Almirante Valdés’, uno de los barcos de la Armada Española que participó en la contienda al servicio de la Segunda República.
En concreto, el ‘Almirante Valdés’ partió de Cartagena junto a la escuadra republicana el 5 de marzo de 1939 rumbo a Bizerta (Túnez), donde llegó el día 11 de ese mes. El 2 de abril, el barco volvió a zarpar hacia el puerto de Cádiz.
Antes de su fallecimiento, García Martínez confesó y comulgó, como así recogen los apuntes tomados por el religioso que asistió a su fusilamiento. Estos datos, junto a las notas sobre los demás fusilados, forman parte de un libro que se guardaba en la Iglesia Mayor de San Fernando y que fue recuperado en la década de los 80.
MURCIANOS EJECUTADOS EN SAN FERNANDO
Según la investigación impulsada por AMEDE, son 18 los murcianos que figuran en la relación de ejecutados y enterrados en el municipio. Hasta el momento solo se ha localizado a los familiares de tres de ellos.
La relación de fusilados en la localidad andaluza revela que la mitad eran militares procedentes de diversos puntos del país, aunque también figuran maestros, políticos locales (toda la Corporación municipal fue ejecutada) y personas sin recursos.
El primer murciano fusilado en San Fernando, según el orden cronológico de los decesos, es Juan Torrecilla Legaz (Cartagena), fogonero del buque ‘Cánovas del Castillo’, fallecido a los 45 años en julio de 1936.
El segundo es José Requena Pérez, oficial de servicios técnicos de la Armada, natural de Cartagena, de 58 años y casado con Felisa Muñoz. Confesó y se retractó de haber sido masón antes de morir el 29 de agosto de 1936, según la documentación recabada por AMEDE.
Diego Noguera Ortega, de Cartagena, fue el tercero de los murcianos encontrados en el camposanto gaditano. Barbero del barco ‘Cánovas del Castillo’, fue ejecutado el 30 de agosto del 36, a los 42 años, y dejó cuatro hijos. AMEDE logró contactar con la familia de Noguera Ortega, que accedió a someterse a las pruebas de AND y están a la espera de conocer si alguno de los cuerpos exhumados es el de su antepasado.
Francisco Díaz García (La Unión, 23 años), Federico Díaz Romera (Cartagena, 21 años), José Viñas Rivero (San Pedro del Pinatar, 19 años), Salvador Martínez Aranda (Alumbres, Cartagena, 24 años), Juan Moya Vera (Lorca, 34 años) y Tomás Fernández Osete (Cartagena, 46 años) fueron fusilados el 30 de diciembre de 1936. Todos eran náufragos del ‘Almirante Ferrándiz’, el buque atacado por el crucero ‘Canarias’ en el Estrecho de Gibraltar en la conocida como batalla del Cabo Espartel.
Luis García Martel, también de Cartagena, fue ejecutado en 1936, en día y mes desconocidos. De él solo se sabe que era cabo fogonero.
Juan José Martínez Blanca, nacido en Cartagena, falleció a consecuencia de un disparo el 19 de enero de 1937. Domiciliado en Puerto Real, en la provincia de Cádiz, era jornalero de profesión, tenía 38 años y siete hijos y estaba casado con Dolores García Martínez.
El 4 de noviembre de 1939, a las 7.00 horas, fue ejecutado Antonio Inglés Andreu, natural de Cartagena, cuando contaba con 28 años. Dejó dos hijos de uno y tres años, fruto de su matrimonio con Josefa Contreras Sánchez.
Ese mismo mes, pero en la madrugada del día 6, murieron Guillermo Campoy Zapata y José Bautista Rubio, ambos de Cartagena. Del primero se sabe que tenía 27 años, era comunista y desempeñó labores de maquinista de la Armada en el buque republicano ‘Sánchez Bercáiztegui’. Del segundo que tenía 36 años y un hijo con Isabel Baños Sánchez.
Emilio Antón Martínez, también de Cartagena, fue ejecutado el 8 de abril de 1940, con 22 años. Hijo de Álvaro y Cándida, era vidriero de profesión y marinero del ‘Sánchez Bercáiztegui’.
Juan Serrano García, nacido en Totana, tenía 26 años cuando fue fusilado el 21 de mayo de 1940. Era marinero del ‘Almirante Valdés’ y estaba casado civilmente con Josefa Cánovas Imbernón, con quien tenía una hija, de nombre Francisca.
Por el momento no se ha localizado a los familiares de estos fallecidos, aunque sí a los de Alberto García Martínez y a los del último murciano ejecutado y enterrado en una de las fosas, Emilio Conesa Romero, de Cartagena y oficial de máquinas en el barco ‘Miguel de Cervantes’. Murió el 23 de mayo de 1941.
De él consta que «se unió civilmente con Isabel Martínez Aznar», con quien tuvo una hija, porque «fue imposible unirlo canónicamente a pesar de las facilidades dadas por el comandante de la Marina de Valencia». Desde 1961, sus restos reposan en el nicho de un cementerio de la ciudad en la que nació.
AMEDE
El arqueólogo responsable ha explicado que las excavaciones comenzaron en 2016 y que desde entonces continúan, a pesar de las dificultades con las que se han encontrado por el camino. Así, ha apuntado que las labores salen adelante sobre todo gracias a los muchos voluntarios que participan en el proyecto.
Uno de los objetivos de AMEDE es que el Ministerio de Defensa cree un espacio para albergar los cuerpos de los 106 militares encontrados y ser así sepultados «con todos los honores». La asociación se ha dirigido en dos ocasiones al Ministerio con este propósito –con PP y PSOE en el Gobierno central–, por el momento sin éxito.