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Del tendedero plegable a la filosofía zen: optimizar el espacio para impulsar la productividad

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Del tendedero plegable a la filosofía zen: optimizar el espacio para impulsar la productividad

Bajo una perspectiva de futuro que augura una mayor masificación y, por ende, viviendas más reducidas, aprender a redistribuir y organizar nuestro hogar es ya un deber doméstico. Desde abordar el interiorismo como si nuestra casa fuera más pequeña adquirir artilugios ergonómicos como un tendedero plegable para reducir la saturación.

Organizar la vida entre cuatro paredes

Siendo una realidad que a muchos les cuesta digerir, la masificación de todo territorio urbanizable ha conllevado la necesidad de construir viviendas más estrechas. Sin embargo, su tamaño no ha supuesto traba alguna a sus diseñadores o arquitectos, sino en un reto para vertebrar hogares cada vez más prácticos, en cuyo acotado espacio, tenga cabida todo tipo de actividad doméstica. Asimismo, la industria del mueble de las herramientas de organización y limpieza del hogar ha traído interesantes utensilios para economizar el espacio.

Uno de los grandes impedimentos por cuanto se refiere al espacio de una vivienda es la ropa. En todos sus estados, desde arrugada en una silla a bien planchada y doblada en el armario, se trata de un elemento ciertamente engorroso. Sin embargo, con el diseño utilitarista en la vanguarda de lo hogareño, hoy en día, y mediante ejemplos como los que ofrece esta comparativa, es posible conseguir un tendedero plegable y ergonómico cuyo tamaño no comprometa el reducido espacio donde lo utilizaremos. Una decisión que, pese a todo, no es tan sencilla ni tan trivial como parece.

Proyectar con inteligencia y distribuir con acierto

Justo en el momento en el que nuestra vida irrumpe en un hogar, e incluso dándose casos de mayor anterioridad, distribuimos mentalmente todo cuanto nuestra mente es capaz de proyectar como necesario en su dimensión. Ante todo, se trata de un instante que requiere de cierta visión inmediata de futuro, dado que un error en la organización podría afectar la intensidad y la soltura con la que mantenemos la pulcritud de nuestro hogar. Asimismo, afectando consecuentemente nuestros ánimos y, acontecidos en nuestro ecosistema de descanso, pudiendo propagarse hacia otros aspectos de nuestro día a día que requieren de una templanza zen absoluta.

En relación a dicha estabilidad, un buen ejemplo de economía del espacio se sucede en países como Japón, donde la elevada demografía ha obligado al sector de la obra y la construcción a construir viviendas mínimas. No obstante, esas mismas viviendas, que parecieran incapaces de albergar un ala de mosca, gozan de toda una suerte de mecanismos y agudezas ideales para aprovechar su espacio. Aunque dicha situación, por meros tintos culturales, podría quedar aún lejos de aparecer aquí, distribuir en nuestra casa como si fuera más pequeña es un buen truco para economizar tanto el número de muebles que instalamos en ella, como la tipología del resto del mobiliario.

Por fortuna, algunas mentes ingeniosas han conseguido dar con soluciones a la carencia de espacio suficiente como para contener todo un almacén de cosas en el hogar. Nuevamente, las prendas, necesarias en nuestro día a día, son uno de los objetos menos manejables en nuestra casa cuando se trata de lavar la ropa. Una actividad que resulta en colgar pesadísimos ropajes que, para colmo, acostumbran a ocupar un gran espacio limitando nuestro movimiento. Justamente ahí es donde apreciamos el valor de aquellos artilugios plegables que, de todo tipo y a buen precio, pueden reorganizar nuestro día a día.

El orden externo contribuye al equilibrio interno

Como bien expone la comparativa de Tendederos.top, especialistas en la materia, una de las principales ventajas de un tendedero plegable no es únicamente su contribución a que corra el aire en casa, sino también su fácil transporte. Un artilugio práctico y de poco peso que, además, ofrece múltiples opciones y posibilidades según nuestras necesidades. Tomando algunos de los ejemplos de su tabla, con completos tendederos de tres pisos como el Metaltex Ciclone hasta de cinco pisos como el que ofrece la gama de Gimi Modular o Vileda Mixer 4. Este último modelo, además, resistente al peso y la erosión gracias a su acabado en acero inoxidable.

En resumen, todo un vergel de posibilidades que, aunque parezcan una trivialidad, son de suma importancia. Nuestro equilibrio anímico depende también de nuestro entorno y, como se ha mencionado, tener en orden el contexto íntimo que nos abraza es tener también en firme orden nuestra mente. A su vez, contribuyendo a nuestra productividad y tiempo libre al permitirnos agilizar y optimizar el proceso de cada tarea doméstica. Con los tendederos plegables, evitando saturar nuestro balcón y pudiendo recolocar la ropa mojada en cualquier parte.

Todo se reduce a imaginar no sólo el aspecto de los objetos decorativos que nos gustan allá donde vivimos, sino a cómo deberemos readaptarlos a nuestra propia estrategia de inteligencia espacial. Al fin y al cabo, es a base de convivencia con nuestras costumbres y nuestra guarida como aprendemos a organizar nuestras tareas y demás responsabilidades. Pero, si de verdad queremos hacer de casa un templo de equilibrio y paz, dejarle espacio para respirar, bidireccionalmente, es otorgarnos un sistema pulmonar de más: la respiración de nuestro bienestar.

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Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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