Historia y patrimonio
Lorca dice adiós a su prehistoriadora más entrañable: María Manuela Ayala Juan
La profesora, arqueóloga e investigadora científica Maria Manuela Ayala Juan ha fallecido este martes, a sus casi 90 años de vida.
“Toda una vida a la enseñanza y a investigar la Cultura de El Argar en Lorca”, así era definida la profesora María Manuela Ayala Juan por parte de su gran amigo Andrés Martínez Rodriguez, director del Museo Arqueológico de Lorca, durante el reconocimiento que en el año 2019 el Ayuntamiento de Lorca le otorgó con el Diploma de Servicios Distinguidos de la Ciudad.
Durante todos los años en que estuvo a cargo de las excavaciones en el Campo Internacional de Coy, la investigadora se dedicó por completo a esta tarea. Además, llevó a cabo su tesis doctoral, titulada ‘El poblamiento Argárico en Lorca. Estado de la cuestión’, por cuyo trabajo fue reconocida en 2017 cuando la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico le otorgó el prestigioso premio Arquero de Oro.
Sin embargo, lo más destacado de su legado en Lorca va más allá de los sitios arqueológicos que excavó, de los artefactos que se exhiben en los museos o de sus numerosos escritos. Lo que verdaderamente resalta es su profundo afecto por Lorca y su población, un sentimiento que siempre demostró de manera abierta y pública.
UNO DE LOS DESCUBRIMIENTOS MÁS QUERIDOS
María Manuela siempre recordaba con cariño y orgullo a lo que ella misma llamaba “mi hija arqueológica”, un esqueleto de una mujer hallado en 1996 en el Primer Campo Internacional de Arqueología en el yacimiento argárico de El Cerro de Las Viñas (Coy, Lorca), y que análisis posteriores le dieron el titulo de “la primera mujer descubierta por los arqueólogos muerta de parto en España y la cuarta de Europa”, conocida como Julianna (por su descubridora).
El Argar es quizás, una de las culturas de la Edad de Bronce más brillantes de la península ibérica en esta etapa de la prehistoria.
Esta investigadora alicantina, pero de adopción y corazón lorquino, será recordada con un gran cariño entre los numerosos amantes de la prehistoria de nuestro municipio, así como por una amplia comunidad científica, educativa y de amigos en general a los que ha legado nuevos conocimientos, experiencias, y diversas piezas que hoy aguardan expuestas en los museos para el disfrute de todos. Una labor que no se paga ni en mil vidas. Gracias María Manuela.