SALUD
¿Cómo librarte de tus malos hábitos?
Los hábitos son acciones que realizamos de manera automática y que hemos incorporado a nuestra vida diaria para definirnos personalmente de acuerdo con una forma de ser y actuar. Muchos de estos hábitos son buenos, pero posiblemente otros no tanto…
Pese a ser comportamientos y actitudes aprendidas, los hábitos se aferran a nuestra personalidad casi como si hubieran estado siempre con nosotros.
Fumar, llevar una vida sedentaria, picar entre horas, llegar tarde a las citas, quejarse una y otra vez de todo lo malo que nos sucede, morderse las uñas…
Son todos hábitos que seguramente ninguno de nosotros deseamos en nuestra vida, y con unos pequeños pasos vamos a aprender a cambiar. Veamos cómo:
Lo primero que tenemos que hacer es conocer nuestro hábito. Parece algo obvio, a primera vista, pero es importante conocer qué es lo que de verdad nos molesta de nuestro comportamiento. Para ello, debemos crear un “Diario del mal hábito”, donde apuntamos, durante toda la semana, los momentos en que hemos incurrido en esa acción tan molesta.
Para ello tenemos que fijarnos en cuándo lo hacemos. En qué situaciones caemos en ese mal hábito: ¿cuando estamos nerviosos?, ¿aburridos?, ¿cuando hemos discutido con alguien…? Estas situaciones pueden ser diversas, y deberemos incorporarlas a nuestro “Diario del mal habito”.
Para entender y reforzar el cambio debemos fijar nuestra atención en lo que nos hace sentir tener este hábito. Tanto en el día a día, antes y después de su ejecución. Todo ello también lo reflejaremos en nuestro diario.
Una vez estudiado nuestro mal hábito o costumbre, tenemos que remplazarlo por otro que consideremos bueno o más saludable. Para ello, utilizaremos la denominada técnica de “mejor me quiero”. Esta técnica consiste en que si sentimos deseo de repetir ese mal hábito deberemos repetirnos a nosotros mismos: “mejor me quiero” y, al tiempo, cambiarlo por otro hábito más saludable para nosotros.
Por ejemplo, si estamos intentando abandonar el terrible vicio del tabaco, y sentimos ganas de fumar, nos repetiremos “mejor me quiero” y saldremos a pasear, correr, cocinaremos algo sano, o realizaremos cualquier actividad que revierta en nuestro propio beneficio, como una recompensa que nos merecemos.
No podemos olvidar que, a la vez de estudiar y conocer nuestro mal hábito, debemos reforzar nuestra voluntad para desapegarnos de esta mala costumbre, es por eso que alejarnos es de gran ayuda. Alejarnos de los lugares, cosas o personas que nos recuerdan dicha práctica, al menos hasta que nos hayamos deshabituado, es, en ocasiones, fundamental.
Por ejemplo, si solemos comer alimentos con mucho azúcar o elevado contenido graso y queremos eliminar este hábito, es fundamental que estos alimentos no estén a nuestro alcance, de esta manera evitamos la lucha interna.
Ponte objetivos cortos y realistas, prémiate cuando vayas consiguiéndolo, seguramente lleves mucho tiempo practicando este mal hábito y no se elimina de la noche a la mañana, sino paso a paso.
Puedes cambiar tus malos hábitos con paciencia y constancia. Pon en práctica estos ejercicios y lo conseguirás.
Redacción: Merche Caro Bermejo. Periódico EL LORQUINO.