Historia y patrimonio
Prestige. 13 años ya de un crimen sin culpables
Costa da Morte; nunca tuvo ese nombre un significado más acertado que aquel doloroso 13 de noviembre de 2002, un miércoles en el que el petrolero griego Prestige tuvo que hacer frente a la mar revuelta cargado con más de 77.000 toneladas de fuel; y después de un percance cuya verdad no se sabrá nunca, la carga comenzó a verterse al mar sin posibilidad de detenerla.
13/11/2015 EL LORQUINO | Comenzó así una de las mayores catástrofes naturales de la historia. Tras ser arrastrado mar adentro (¿equivocadamente? Eso no lo sabremos tampoco) el carguero de partió en dos y se hundió. El “chapapote”, como se conoció vulgarmente al vertido, se expandía sin control por el mar, afectando a millones de animales, así como, indirectamente, a las personas que vivían del mar.
Sería común ver en telediarios a miles de hombres y mujeres que, junto con el ejército, se dedicaron de forma voluntaria a limpiar el terrible vertido de las costas gallegas (aunque también afectó a otras partes de las costas españolas e, incluso, a Francia y Portugal).
El negro se convirtió en un doble símbolo en ese momento. Negro por el luto del que se tiñeron las costas a causa del vertido y por todo el mal que causaron. Y mientras eso pasaba, unos se echaban las culpas a los otros y otros se escondían para intentar librarse de la “regañina”. Cuan egoístas y terribles podemos llegar a ser las personas cuando nos lo proponemos, aunque sí es cierto que, al igual que en otras catástrofes, también se ve lo mejor del ser humano.
Nunca máis. Así se llamó aquella famosa plataforma que convirtió esas dos palabras en su emblema para la búsqueda de responsables. Se sucedieron manifestaciones mientras lo que quedaba del Prestige vomitaba el temido fuel que contenía en sus entrañas, y hasta un año después no se sellarían las grietas.
Pero el daño ya estaba hecho y nadie dio la cara, la gente tuvo que limpiar el desastre con sus manos. Pringarse bien… y vaya si lo hicieron Hace dos años que se celebraron los juicios para culpar a alguien y el resultado es que nadie es responsable de tamaña catástrofe. Nadie fue culpable y nadie pagará por millones de muertes y por playas negruzcas y pegajosas que se sembraron de muerte.
Pero claro… los muertos fueron animales, y eso no es nada, ¿verdad? Qué triste es pensar que importe tan poco el medio ambiente como para que se pueda actuar tan libremente. Pero claro, si el trabajo hubiera sido un éxito y no hubiera habido ningún vertido, seguro que esos que no son responsables si hubieran ganado su buen dinero por el combustible. Claro…
Redacción: Fernando Cabrera. Periódico EL LORQUINO.