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¿Cómo? Una comarca amenaza con separarse de Cataluña
El Valle de Arán no quiere separarse ni de España ni de Cataluña. La comarca vive principalmente del turismo, tiene lengua propia, el occitano y lo último que quiere son enfrentamientos con Madrid o Barcelona, aunque la tensión política generada por el desafío catalanista ha revuelto los ánimos de los habitantes.
«Es difícil presionar para que el Valle de Arán esté en una Cataluña independiente a la fuerza, la base social no es suficiente ni de lejos para apoyar esa postura», explica María Verges, teniente de alcalde de Viella, capital de la comarca, a la agencia Ruptly. «Nuestra sanidad tiene convenios con el Estado francés para casos urgentes de ictus, ya que Toulouse está a una hora y media, mientras que Lleida está a dos horas y media. No sabemos qué pasará con eso», se pregunta.
Asimismo, le inquieta no saber cómo afectaría la independencia a la zona del Bajo Arán, que vive del turismo francés. «Viendo el cambio de empresas que existe en Cataluña, esto nos preocupa mucho», afirma.
El Valle de Arán es un territorio singular dentro de Cataluña, tiene autogobierno, lengua e instituciones propias.Una ley de régimen especial establece que «el Parlamento de Cataluña reconoce el derecho del pueblo aranés a decidir su futuro», la denominada ley de régimen especial del Valle de Arán de 2015. Sin embargo, para el referéndum del 1-O no hubo ninguna especificidad prevista, ninguna cláusula que diera al Valle de Arán el derecho a decidir. En este sentido, si el Gobierno de Carles Puigdemnot declarase la independencia de Cataluña, lo haría incluyendo al Valle de Arán.
La mayor parte de los 10.000 vecinos del pintoresco Valle de Arán quiere seguir formando parte de España.
Francisco Boya, líder de Unidad de Arán-Partido Nacionalista Aranés, confiesa su preocupación. «Pedimos sentido común y moderación a las dos partes, porque estamos en una estrategia en la que todos vamos a salir trasquilados», asegura a El Confidencial. «La pulsión independentista aquí es minoritaria», reconoce.
Los ciudadanos de la comarca aranesa viven principalmente del comercio y del turismo que proporciona la estación de esquí Baqueria-Beret, considerada una de las mejores de toda España. La preocupación en caso de independencia es latente en la región. «Aquí vivimos del turismo. Vienen a esquiar madrileños, valencianos y vascos, pero apenas catalanes, porque está muy mal comunicado. ¿Qué hacemos en una Cataluña independiente?», se preguntan los vecinos de la zona.
«La gente que quiso votar en el referéndum del 1-O pudo hacerlo sin problemas, teniendo en cuenta las peculiaridades del referéndum. El 24% del censo votó con solo el 19% votando a favor de la independencia. Nadie nos puede imponer una declaración unilateral de independencia con ese resultado, porque nuestra intención es seguir formando parte de Cataluña y de España como territorio singular y como territorio que ha pactado siempre su futuro», sostiene Verges.
En caso de declararse la independencia, los araneses están seguros de que su futuro no se encuentra en una Cataluña independiente y aislada, sino que abogarían por unirse a España e incluso a Francia. «¿El derecho a decidir de Cataluña? Pues nosotros, o con Aragón o con Francia. O como los andorranos, a mitad entre Francia y España. Lo ideal sería con un estatus especial en España», sostiene un vecino de Viella.