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Una cabra drogadicta inicia una nueva vida (VÍDEO)
El bóvido estadounidense, obligado a consumir whisky y cocaína, ha iniciado una nueva etapa como animal de terapia.
Un macho cabrío estadounidense de procedencia y edad desconocidas, ha iniciado una nueva vida apartado de las drogas y el alcohol. Su propietario, el entrenador de caballos del estado de Georgia Sergio Palomares Guzmán, de 28 años, fue detenido por darle whisky y cocaína a los animales. Palomares publicaba videos de sus hazañas en las redes sociales.
La activista de los derechos de los animales, presidenta y fundadora de la organización SNAP2IT pet rescue de Atlanta Jones Kyla supo de la historia y pidió quedarse con el animal, informa el portal de noticias WPXI. Y lo bautizó, no podía ser de otra forma, como Whisky.
Según ella, cuando lo vio por primera vez el animal estaba tan delgado que se le podían contar las costillas. Los primeros días el macho cabrío estaba muy asustado y los voluntarios de la organización tardaron bastante tiempo en lograr que comiera.
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VIDEO: Una cabra drogadicta comienza una nueva vida
Publicado: 11 abr 2018 16:00 GMT
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El bóvido estadounidense, obligado a consumir whisky y cocaína, ha iniciado una nueva etapa como animal de terapia.
VIDEO: Una cabra drogadicta comienza una nueva vida
Imagen ilustrativa
pixabay / Skitterphoto
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Un macho cabrío estadounidense de procedencia y edad desconocidas, ha iniciado una nueva vida apartado de las drogas y el alcohol. Su propietario, el entrenador de caballos del estado de Georgia Sergio Palomares Guzmán, de 28 años, fue detenido por darle whisky y cocaína a los animales. Palomares publicaba videos de sus hazañas en las redes sociales.
La activista de los derechos de los animales, presidenta y fundadora de la organización SNAP2IT pet rescue de Atlanta Jones Kyla supo de la historia y pidió quedarse con el animal, informa el portal de noticias WPXI. Y lo bautizó, no podía ser de otra forma, como Whisky.
Según ella, cuando lo vio por primera vez el animal estaba tan delgado que se le podían contar las costillas. Los primeros días el macho cabrío estaba muy asustado y los voluntarios de la organización tardaron bastante tiempo en lograr que comiera.
Con el tiempo, sin embargo, Whisky empezó a comer frutas y verduras y a recuperarse. Le gustaba tener contacto con los humanos y hasta se pone celoso cuando los visitantes del refugio prestan atención a otros animales.
Jones quiere ahora entrenar a Whisky para que participe en zooterapias. Los animales son a menudo utilizados para tratar a pacientes humanos con dolencias como epilepsia o parálisis cerebral, así como en centros de cuidados paliativos.