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Rubiales no dimite como presidente de la RFEF
Argumentó que se le está «tratando de matar» públicamente a pesar de que, según él, el beso en cuestión fue «espontáneo, mutuo y consentido»
En medio de crecientes críticas y controversias, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha hablado con determinación en la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF. Rubiales abordó el incidente del beso a la jugadora Jenni Hermoso durante la entrega de medallas en el Mundial y las acusaciones que han surgido en su contra.
Rubiales comenzó su intervención expresando que se siente víctima de un «asesinato social». Argumentó que se le está «tratando de matar» públicamente a pesar de que, según él, el beso en cuestión fue «espontáneo, mutuo y consentido». El presidente de la RFEF señaló que la polémica sobre el beso se ha inflado, en parte, debido a agendas ocultas en los medios de comunicación y a la presión ejercida por varios actores.
El mandatario de la RFEF defendió su relación con todas las jugadoras y miembros del equipo español en el Mundial, describiendo su vínculo como una «familia durante más de un mes» y mencionando momentos cariñosos durante la concentración. También destacó que Jenni Hermoso había calificado el beso como una anécdota.
Rubiales expresó su descontento con la evolución de los acontecimientos, desde la anécdota inicial hasta la presión ejercida y el comunicado posterior de la jugadora. En su opinión, esto no busca hacer justicia, sino que constituye un intento de «asesinato social» en su contra.
La controversia que rodea a Luis Rubiales y el beso en el Mundial femenino sigue siendo objeto de debate público y escrutinio en los medios. La intervención de Rubiales en la Asamblea General Extraordinaria es su respuesta directa a las acusaciones y a la presión que ha enfrentado en relación con este incidente.