Internacional
La normativa talibán no permite que las mujeres sean rescatadas tras el terremoto en Afganistán
En algunos casos, mujeres y niñas heridas fueron abandonadas bajo los escombros, y en otros, apartadas mientras los equipos evacuaban primero a hombres y niños
El devastador terremoto que golpeó el este de Afganistán el pasado domingo deja ya más de 2.200 muertos y 3.600 heridos, mientras los equipos de rescate trabajan contra reloj entre aldeas remotas y montañosas. Pero junto a la catástrofe natural, emerge otra tragedia: la discriminación extrema contra las mujeres bajo el régimen talibán, que ha impedido que muchas de ellas reciban auxilio.
La estricta norma que prohíbe el contacto físico entre hombres y mujeres sin parentesco ha hecho que numerosas víctimas femeninas quedaran sin ser rescatadas o atendidas, según testigos citados por medios internacionales. 
El regreso de los talibán al poder en 2021 eliminó prácticamente a las mujeres de la vida pública: sin acceso a educación, trabajo ni espacios comunitarios, ahora tampoco están presentes en las brigadas de rescate ni en hospitales, donde la escasez de personal sanitario femenino agrava la situación.
Un portavoz del Ministerio de Salud talibán reconoció la falta de trabajadoras en las zonas más golpeadas, aunque prometió movilizarlas “en la medida de lo posible”. Sin embargo, organizaciones internacionales como ONU Mujeres y Amnistía Internacional denuncian que las afganas siguen siendo las principales olvidadas en la respuesta a la emergencia.
En el terremoto de Herat en 2023, UNICEF ya constató que el 60% de las víctimas mortales fueron mujeres, en gran medida debido a su reclusión forzosa en los hogares. Ahora, las imágenes que llegan de Asadabad y otras localidades muestran de nuevo a los hombres en primera línea, mientras la ausencia de mujeres es casi total.
“Una catástrofe natural en Afganistán siempre golpea más fuerte a las mujeres”, alertan organizaciones locales de derechos humanos, que reclaman que la ayuda internacional priorice su atención y que la discriminación talibán no siga cobrándose vidas en silencio.






















