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José María Castillo-Navarro, el escritor para la historia.

Historia y patrimonio

José María Castillo-Navarro, el escritor para la historia.

En homenaje al historiador lorquino José Luis Alonso Viñegla, fallecido con tan solo 58 años por una grave enfermedad en el año 2012. AVISO LEGAL: El relato que se reproduce a continuación se encuentra bajo derechos reservados de Copyright del autor, y bajo la autorización expresa de la familia del escritor de ser reproducidos en esta web de Periódico El Lorquino. Por lo tanto queda prohibida cualquier otra copia sin dicha autorización. 


– José María Castillo-Navarro.Nace en Lorca, en la calle de Redón, nº 16, cercana a la iglesia del Carmen, en una casa hoy desaparecida, el 18 de julio de 1928. Es hijo legítimo de Antonio y Juana que también tuvieron otros hijos, varón y hembra, siendo José María el segundo de los tres.
castillo navarro

José María Castillo Navarro, en una fotografía de su juventud.

De su padre, el escritor sólo guarda recuerdos, pues se alejó pronto del hogar familiar; por su madre, fallecida cuando José María era aún niño, siente veneración a pesar del tiempo pasado, tanto es así que cuanta su entierro en uno de los cuentos que conforman Cuentos para aprender a vivir, el titulado El camino del tiempo perdido, que permanece aún inédito. Su hermano ha muerto en fechas recientes en Sao Paulo (Brasil) Su hermana vive en Madrid. Su padre fue chofer de los condes de San Julián. Cuando se inicia la guerra civil, abandona a la familia y hace un viaje peligroso a Portugal para salvar a sus señores, sacándolos de una España en la que, sin duda, iban a ser objetos de represalias que podían haber atentado contra sus vidas. A la vuelta, es detenido e internado en el manicomio de Murcia, en el que pasó los tres años de guerra. Antes de la muerte de la madre, se aleja del hogar familiar.

Enseñadas las primeras letras por su madre, que también le leía la Biblia y lo inició en la práctica religiosa, cumplida su estancia en la escuela de entonces y realizado el comienzo de su bachillerato en Lorca, gracias al mecenazgo, que se abandona pronto, de sus protectores, los condes, en cuya casa su madre también trabajaba, ingresa, cuando contaba alrededor de los doce años de edad, en el Colegio Seráfico de Nuestra Señora de las Maravillas de Cehegín, localidad en la que permanece hasta que es enviado a Orihuela y más tarde a Jumilla, en cuyo convento de Santa Ana del Monte inicia el noviciado. Con diecisiete años, y cercano ya el momento de recibir las primeras órdenes menores, cuando debe pronunciar sus votos de pobreza, castidad y obediencia, cercana ya la tonsura franciscana, contrae la tuberculosis, a causa de la cual es ingresado en el sanatorio de Torremanzanas (Alicante), estancia que le supone la oportunidad de reflexionar sobre su vida y la religión, la determinación de un cambio de orientación, que realiza sin excesivo daño, y el inicio de su decisión de ser escritor.
En 1954, presenta la primera novela que tenía escrita, Caridad la negra, inspirada en un burdel del mismo nombre que existía en el Molinete, barrio en el que se acumulaban las casas de prostitución de Cartagena y que había conocido durante su servicio militar, al premio Ciudad de Barcelona y queda en séptimo lugar. Luis de Caralt, el que sería su primer editor, le manda una carta para comunicarle sus deseos de hablar con él. No acude. Vuelve a presentarse al mismo premio al año siguiente con Broncos del sur, título original de la novela que después cambió por el de La sal viste luto.

En esta ocasión, pegado a su radio galena, en la habitación de la modesta pensión que le permitían sus recursos, escucha las votaciones. Sorprendido y anhelante, conoce que ha quedado en segundo lugar. Tampoco acude a la puntual cita de Caralt, aunque continúa con su decisión de conseguir el premio que le abriría las puertas de la Barcelona literaria. En 1956, queda tercero con la novela Con la lengua fuera y, finalmente, en 1957, obtiene el premio Ciudad de Barcelona con Las uñas del miedo. Castillo-Navarro acude al Ritz, sede de estos premios, y pasa rápidamente del anonimato a la celebridad y de una economía de trabajador a la de un escritor que conquista Barcelona de manos de la burguesía de la ciudad: Mercedes Salisachs, Juan Antonio Samaranch, Mario Lacruz, Enrique Badosa, Julio Manegat, Ignacio Agustí, con el que mantuvo una gran amistad, según comunicación oral del novelista lorquino, y un largo etcétera, le conceden su amistad y José María Castillo Navarro se hace, por méritos propios, un nombre en las letras barcelonesas. Este mismo año, Luis de Caralt le publica La Sal viste luto y Con la lengua fuera y, al siguiente, Las uñas del miedo. En 1958 es finalista en el premio Planeta con Manos cruzadas sobre el halda que se publica en esta editorial.Pasa a ser columnista de La Vanguardia, escribe en La Jirafa, Hermes y Sprit, de las Editions du Seuil, en la que trabaja como asesor literario (1958). Dirige, además, Les livres disques de Luciano Landi. En 1959, Pareja y Borrás le edita el libro de relatos El niño de la flor en la boca, bestseller de aquel año y siguientes. En 1961, Luis de Caralt publica Caridad la Negra y Planeta Los perros mueren en la calle.

Castillo-Navarro pasa al menos un año, 1960, en Roma, en donde Marcella Altieri traduce al italiano el cuento El niño de la flor en la boca, con el título de Il bimbo dal fiore in bocca, con ilustraciones de Vespignani, que aparece en la revista del periódico romano L’Espresso.

Vive una temporada en Amsterdam y un año en Alemania, además de sus frecuentes viajes a Paris. En esta ciudad y en Editions du Seuil, aparece la traducción de Con la lengua fuera, realizada por Raphael Ferra, 1960, con el nombre de Morts aux encheres. Muerte en la subasta, traducción literal del título francés, es premio de la crítica francesa al mejor libro extranjero en 1961. En 1963, aparece la anunciada como el El grito de la paloma, en francés Le charnier natal, traducción de Charchina Genenshon, que publica en español Plaza & Janés, en 1974, con el título de El cansado sol de septiembre. Daríe Novaceanu traduce al rumano Con la lengua fuera, bajo el título de Moarte la licitaţie, en 1963.


 

Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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