Proponen prohibir el celibato de curas católicos en Australia

Una comisión oficial sobre el abuso sexual infantil ha presentado este viernes su informe final tras cinco años de investigaciones y más de 8.000 casos analizados.

El celibato obligatorio para sacerdotes católicos contribuyó a acentuar problema del abuso sexual de niños en Australia, y los altos clérigos de la Iglesia Católica del país deberían sugerir al Vaticano que considere introducir el celibato voluntario en vez del obligatorio. Esta es la conclusión a la que ha llegado la Comisión Real para ofrecer Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil tras cinco años de trabajo.

Este viernes la comisión australiana público su informe final con los resultados de la investigación pública, estadísticas y más de 100 recomendaciones para afrontar el problema de los abusos sexuales sufridos por menores de edad.

Tras investigar 8.013 casos desde 2013, la comisión reveló que «el mayor número de todos los presuntos perpetradores y niños víctimas de abuso estaban en instituciones religiosas católicas».

El pasado mes de febrero la comisión publicó un informe preliminar con estadísticas relacionadas con el tema, del que se desprendía que la mayoría de las víctimas eran varones (78%) con una edad media de edad 11,6 años, mientras que el otro 22% eran chicas con una media de 10,5 años.

El informe precisa que, si bien el celibato obligatorio no fue «la causa directa» del problema, sí «contribuyó a la incidencia de abuso sexual, especialmente combinada con otros factores de riesgo».

«Para muchos clérigos y religiosos católicos el celibato está vinculado con el aislamiento emocional, el sentimiento de soledad, la depresión y los trastornos mentales«, explica el informe. Em este sentido, «el celibato obligatorio podría haber contribuido a varias formas de disfunción psicosexual, incluida la inmadurez psicosexual, que plantea un riesgo permanente para la seguridad de los niños».

Entre otras recomendaciones de la comisión figura la sugerencia de cambiar la legislación de Australia para obligar a los clérigos a reportar casos de abuso sexual revelados durante la confesión a las autoridades encargados de protección de niños.

El arzobispo de Sídney, Anthony Fisher, afirmó un día antes de la publicación del informe final que esta publicación no «dormirá en un estante», según The Sydney Morning Herald. Sin embargo, precisó que «la practica católica y ortodoxa de confesión siempre será confidencial». Por su parte, el arzobispo de Melbourne, Denis Hart, coincidió con su colega en el carácter «sacrosanto» de la confesión, pero indicó que «en lo que se refiere a la disciplina del celibato es una cuestión de orden distinto» que «la Iglesia podría cambiar».