Liberan de la cárcel a varios jefes de la mafia en Italia debido al coronavirus

El fiscal antimafia italiano opinó que en las actuales condiciones de crisis las organizaciones mafiosas pueden «seguir infiltrándose en la vida económica», apoyando o adquiriendo los negocios en dificultades financieras.

Varios jefes de la mafia italiana fueron liberados de la cárcel para ser puestos en arresto domiciliario, en un esfuerzo de evitar su contagio con coronavirus, informan medios locales.

Entre ellos, uno de los jefes más influyentes de la Cosa Nostra, Fracesco Bonura, de 78 años, que cumplía una condena de 23 años y cuya liberación fue ordenada por un juez de Milán, según informó este martes la revista L’Espresso. Bonura se encontrará en arresto domiciliario, pero podrá acudir a las citas médicas relacionadas con su salud.

Durante este mes, también fue liberado de prisión Vincenzino Iannazzo, de 65 años, presunto jefe de la ‘Ndrangheta, que fue sentenciado en 2018 a 14 años de prisión. Otro presunto líder de esta organización criminal de Calabria, Rocco Santo Filippone, de 72, salió en libertad, ya que sufre una grave enfermedad cardiovascular y la infección con coronavirus puede resultar fatal para él.

Asimismo, Pasquale Zagaria, miembro del clan Casalesi, arrestado en 2007 y condenado a 20 años de prisión, se encontrará en arresto domiciliario debido a sus problemas de salud.

Críticas del paso

La decisión de liberar a los miembros de los grupos de la mafia provocó críticas en Italia.

Así, Matteo Salvini, líder del partido ultraderechista Liga, calificó el paso de «loco». Según declaró en un video publicado en Facebook, se trata de una «falta de respeto hacia la gente, los magistrados, los periodistas, los policías y las víctimas de la mafia».

Por su parte, Federico Cafiero De Raho, fiscal antimafia italiano, dijo a la CNN que «en este momento de crisis, las organizaciones mafiosas pueden seguir infiltrándose en la vida económica, especialmente apoyando o incluso adquiriendo los negocios en dificultades financieras que no son capaces de acceder a la ayuda pública y por eso se ven obligados a recurrir a las fuentes de crédito alternativas, aquellas de las organizaciones criminales».