Dolor… ¡NOUS SOMMES PARÍS!

Ni miedo ni desesperación ni pánico. No… No les daremos ese placer a los miserables que osan alterar la paz; pero sí han sembrado los Campos Elíseos de dolor, y eso es algo que no nos quitarán en mucho tiempo.

EL LORQUINO 14/11/2015 | Da igual que sea Francia, Reino Unido, Alemania o España, pues todos somos uno ante ese enemigo. ¿Qué mal se mueve en las descerebradas mentes que se inmolan en nombre de un ser superior? ¿Qué puede pasar por la imaginación de un descerebrado? Miseria y horror es la respuesta, pues nada más puede surgir de un miserable. No son personas los responsables, pues no tienen ese derecho a ser reconocidos como tal, además, no poseen el don de las personas a pensar con libertad, no son capaces de ser inteligentes salvo para matar.

¿Matar en nombre de un dios? ¡Miserables! ¡Asesinos! ¡Monstruos! No… No los considero personas que merezcan ningún tipo de misericordia. La misma que mostraron ellos ayer mientras cometían los crímenes que cometieron. Pero no abogo por la pena de muerte para ellos; no, porque creo que eso sería demasiado humano para unos engendros como ellos. ¡Ladrones! Sí, porque no son más que unos ladrones de vidas los que cometieron los horribles crímenes de anoche. Quizás deberían seguir sus doctrinas y tratarles como a los ladrones, cortarles la mano, pero poco a poco y con un serrucho sin dientes.

¡Que les duela! ¿Soy cruel? ¿Incorrecto? Puede que sí, y no me arrepiento, porque estoy seguro que Europa entera estaría pensando algo parecido. Porque qué más da, si total, no son personas. Son robots descerebrados y programados para matar. Son terminators con un objetivo: destruir, sembrar el pánico y promover el dolor. Este año, nuestros vecinos franceses han sufrido una terrible herida que tardará en cerrar, y nunca quedará curada del todo. Desde que en enero ocurrió la masacre del Charlie Hebdo, Francia se ha visto inmersa en una terrible oleada que parece no tener fin.

Nosotros les arroparemos como podamos y podrán contar con nosotros. Todos somos uno contra esas máquinas de muerte. Máquinas que no merecen consideración ni respeto alguno. ¿Personas? No… monstruos. Hoy nos han herido en lo más hondo y nos costará recuperarnos. Nos embriaga el dolor, pero nunca, y repito, nunca dejaremos que nos desborde el miedo o la desesperación, pues eso es lo que pretenden los emisarios del terror.

Ánimo Francia. ¡NOUS SOMMES PARÍS! 

Redacción: Fernando Cabrera. Periódico EL LORQUINO.