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Ambulorca. “Crónica de una muerte anunciada”

Lorca

Ambulorca. “Crónica de una muerte anunciada”

Daniel Cáceres para Periódico El Lorquino.

Necrológicas: Fallece en Lorca, a la edad de 30 años, Ambulorca. Sus pacientes y amigos ruegan una oración por el eterno descanso de su alma.

Este será el anuncio que el próximo diez de mayo redactarán los periódicos de la Región. Pero en él no escribirán las causas de su muerte ni el transcurso de su vida. No contarán que estuvo 30 años luchando y ayudando a los lorquinos, prestando un servicio impagable a nuestra ciudad, con políticas totalmente innovadoras como son las ambulancias de cero emisiones y la recogida de mascotas en accidentes (servicio pionero en España). Luchando codo con codo con la UME en las tareas de rescate durante el terremoto y las inundaciones que asolaron nuestra localidad. Demostrando que Ambulorca es nuestro pueblo, nuestra gente y parte de nuestra historia.

No habrá entre sus páginas ningún recuerdo de sus últimos días, deambulando entre despachos, buscando ese soplo de vida que solo alguien imparcial le daría por justicia. Pero esta supuesta “justicia”, al parecer, tiene sus sentidos anulados por el dinero y en su mano porta un puñal. No dirán que la autopsia reveló que la causa de la muerte fue, en realidad, un entramado político disfrazado de doctores encubiertos por las siglas SMS (siglas en clave que parecen más bien significar Servicio de Maltrato a la Salud) que sirven de sicarios a la empresa Generala, empresa más vinculada al terreno de la prevaricación y falsedad documental que al de la medicina.

Empresa bendecida por la “gracia divina” al comprar, justo antes del macro concurso, las dos sociedades ganadoras de la lotería del SMS, las cuales carecen, en esta zona, de ningún tipo de flota, personal o bases donde guardar los vehículos. Pero, aun así, han logrado imponerse a Ambulorca, entidad completamente capacitada en todos los aspectos para seguir desarrollando el servicio asignado, a la que el gobierno regional le ha dado la espalda. Gobierno que busca más el interés monetario y el compadreo que el bien común de la gente de su propia Región, que pide a gritos la continuación de una empresa local y comprometida.

Esto me evoca los tiempos en los que nuestros padres y abuelos se tiraron a la calle contra la opresión vivida en nuestro país; me recuerda a la gente de Gamonal que se enfrentaba, con el pecho descubierto, a la policía para que no se acometiera en su barrio lo que ellos no deseaban. ¿Dónde quedaron esos días en los que la gente protestaba por lo que quería y era suyo? Pienso que con una crítica social a través de las redes no podemos detener a estos impresentables, porque su vara de poder llega mucho más lejos de lo que lo hacen nuestros dedos en el teclado. Por ello llamo a la lucha por lo que es nuestro, por lo que pasa en nuestro municipio, porque nosotros somos los que vivimos en él y, por lo tanto, los que debemos decidir sobre lo queremos o dejamos de querer.

Y no unos mandatarios que, desde sus asientos curtidos en piel, deciden nuestra vida al compás de sus propios intereses.

Si algo hemos aprendido con esta pandemia es que con lo que menos tenemos que jugar y dejar que jueguen es con nuestra salud. Y, muy señores míos, eso mismo es lo que están haciendo con nosotros. Porque el nuevo contrato, aparte de todas las irregularidades que pueda tener, lo que implica directamente es la reducción del número de ambulancias que ahora mismo tenemos disponibles y la bajada de los salarios de nuestros vecinos y amigos, para que los de arriba puedan llenarse los bolsillos a costa de los impuestos que entre todos pagamos a la comunidad autónoma.

Por si todo esto no fuese poco, como si no se hubiesen reído lo suficiente de nosotros, ahora, con el enfermero medio muerto, el gobierno regional tira de plegaria para que Ambulorca siga con la concesión ante la clara falta de medios de la empresa “vencedora” de su macroconcurso, la cual no va a comprar el pavo hasta que no tenga asegurado ir a la cena. Y Ambulorca, como buen samaritano, acude a la ayuda de su pueblo, conduciendo con un corazón enorme en el pecho y un puñal clavado en la espalda.

Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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