Un centenar de inmigrantes no consiguen entrar en Ceuta a nado durante la pasada madrugada

En la madrugada del sábado, las Fuerzas de Seguridad marroquíes llevaron a cabo una acción para impedir que alrededor de un centenar de inmigrantes indocumentados intentaran cruzar a nado hasta Ceuta. Estos individuos bordearon el espigón marítimo fronterizo del Tarajal, aprovechando la cobertura de la niebla que envolvía el litoral de la ciudad autónoma, en un intento por evadir la vigilancia de las autoridades marroquíes y la Guardia Civil española en la zona.

Fuentes de la Comandancia local de la Guardia Civil explicaron que la Gendarmería marroquí logró contener y detener a «el 95%» de las personas que se arrojaron al agua desde la costa cercana al territorio español. Mientras tanto, unidades del Servicio Marítimo, los Grupos Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) y Patrullas de Costa permanecieron activas durante toda la noche para prevenir cualquier entrada.

A pesar de los esfuerzos de contención, aproximadamente una docena de inmigrantes lograron alcanzar la costa de la ciudad autónoma. Rápidamente, fueron trasladados a la frontera y entregados a las autoridades marroquíes, en concordancia con el concepto de «retorno en frontera». Por otro lado, tres menores migrantes no acompañados se quedaron en Ceuta, donde recibirán alojamiento en el Centro de Realojo Temporal de La Esperanza, gestionado por las autoridades autonómicas.

En las últimas semanas, ha habido un notable incremento en los intentos de entrada por vía marítima en Ceuta. Los migrantes han explorado diversas formas de llegar, ya sea nadando en solitario o en pequeños grupos, o utilizando motos acuáticas. Estas últimas han sido empleadas para arrojar a los inmigrantes cerca de la costa ceutí, antes de retornar rápidamente al espacio marítimo bajo la soberanía marroquí. Como respuesta a esta táctica, el Ministerio del Interior español envió en julio un refuerzo de 18 efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil a Ceuta.

Además, se implementaron nuevas directrices por parte de la Capitanía Marítima local, que prohíben explícitamente a las motos acuáticas salir de aguas españolas y alejarse más allá de dos millas de la costa, así como navegar durante la noche o en condiciones de baja visibilidad.