La prohibición de venta de purpurina afecta al Carnaval de Águilas

La Comisión Europea ha anunciado una prohibición de la venta de purpurina que contiene microplásticos y otros materiales que liberan estos diminutos componentes durante su uso. Esta decisión, que entrará en vigor el 17 de octubre, tiene como objetivo principal evitar la liberación de microplásticos en el medio ambiente y proteger la salud de los organismos vivos, incluyendo a los seres humanos que consumen alimentos que los contienen.

Supone una normativa que afecta enormemente a fiestas de tan calado internacional como el Carnaval de Águilas, donde es un material, la purpurina, que se usa en trajes, estilismo de los participantes, carrozas y un largo etcétera.

La Comisión Europea explica que esta medida se implementa para evitar la liberación de aproximadamente medio millón de toneladas de microplásticos, que se ha vinculado en estudios de laboratorio a efectos negativos tanto ecológicos como tóxicos en los seres vivos. Estos microplásticos, que no se biodegradan y se acumulan en animales, incluyendo peces y mariscos, pueden ingresar a la cadena alimentaria humana a través de los alimentos.

La restricción afectará a productos que contengan partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros, que sean orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación. Esto incluye purpurina no biodegradable, microperlas exfoliantes, algunos detergentes, suavizantes, fertilizantes y materiales de relleno granular utilizados en superficies deportivas.

Es importante destacar que la prohibición no afectará a la purpurina biodegradable ni a la purpurina hecha de material inorgánico, como vidrio o metal, que son considerados seguros para el medio ambiente. La restricción se basa en pruebas y recomendaciones de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA).

La Comisión Europea ha tomado esta medida en el marco de la lucha contra la contaminación por microplásticos, como parte del Pacto Verde Europeo y el Plan de Acción para la Economía Circular. Establece un objetivo de reducir la contaminación por microplásticos en un 30% para 2030.

Esta prohibición se aplicará en dos etapas: comenzará el 17 de octubre de 2023 y no afectará a los productos adquiridos antes de esa fecha, permitiendo un período de transición para que las partes interesadas se adapten a las nuevas normas y busquen alternativas más respetuosas con el medio ambiente.