Opinión
¡MATAD FACEBOOK PARA QUE YO SEA PRESIDENTE!
Cuando el emisor desea callar al receptor, para que no replique, debe apagar el transmisor o el canal. En este caso, cuando a un político no le interesan las opiniones del pueblo, manda a «matar al mensajero», ya que no puede «apagar» Facebook ni Twitter ni el resto de redes sociales, aunque lo intentan. ¿ A cuántos en alguna ocasión le hubiera gustado su inexistencia para silenciar comentarios?
La televisión y la radio están ya más controladas («vox populi»). Sin embargo, las redes sociales son el cuarto poder hoy en día. La humanidad accede a diversos medios de comunicación ( una evolución inesperada para los ámbitos de poder político).
No hace falta que nos remontemos a la dictadura franquista para hablar de censura. En 2010 denominaron a la » Primavera árabe» como «la revolución de Facebook». Un año antes El Mundo ( 08/07/2009) publicaba que China en los momentos de más tensiones políticas o «fechas sensibles» bloqueaba Facebook. Hugo Chávez ese mismo mes y año ( parece que el 2009 fue el año de las prohibiciones en el que la política se percate de su gran competidora: la red social) preparó una » ley mordaza», según publicaba El País ( 31/07/2009).
Sabido es por todos la reciente aprobada Ley de la Mordaza por Mariano Rajoy, que se justificaba como una imposición moral a lo que se dice por ahí de vez en cuando . Moralidad sería no dar motivos de queja. Chávez la critica ahora. ¡Cómo pueden llegar a parecerse tanto unos a los otros! A veces surgen otras prohibiciones más sutiles como medida de defensa, la web «versión original» de Carmena. Es una forma de reivindicar la «libertad» a través de la «originalidad de las fuentes».
¿Qué les diría yo a los» morales» y a los «libres»?
Pongamos un símil político en busca de oír la voz del pueblo o de restringirla, en este caso, de las mujeres. Victoria Kent discutía con Clara Campoamor, porque no veía «peligro» en que la mujer votase, ganaría quienes estuviesen detrás de ella, en este caso los curas y los maridos conservadores.
Sin embargo, Campoamor defendía que la mujer, preparada o no, debía votar, porque se abría así su derecho a opinar ( y, por ende, a decidir) sobre su país. Ganó la derecha, pero ganó la mujer. El despotismo ilustrado de » todo para el pueblo pero sin el pueblo» ya pasó de moda hace tres siglos.
La gente debe tener la libertad de opinar lo que le venga en gana sí o sí o a este paso, volverán las coplas en las que se cantaba en argot, para que pocos se enterasen de su real contenido. Si no resulta moral, otros hechos habrá menos morales. Y si algo es ilegal, porque atenta contra la imagen de alguien, que se persiga de forma democrática y no por imposición de «nuevas leyes», que, como contábamos antes sucedió en China, surgieron en «fechas sensibles». Denominaremos el 2015 el año de la «censura social legalizada» en España.
Y mientras tanto extiendo mis plumas de pavo real y observo a través de mis ojos a unos cuantos periodistas que se autocensurarán continuamente para mantener el puesto de trabajo. Mis ojos imaginan también a los lectores, quienes andarán aburridos ya de leer una cosa y justo en otro medio la contraria, y, encima, ahora no pueden desahogarse y, lo que es peor, buscar la verdad de todo lo que acontence. Por fortuna, este humilde blog que no atiende a mandato alguno, pondrá a su disposición los que observan sus plumas ( mientras nos dejen).
No mate Facebook, porque usted quiera ser presidente.
María Alcaraz. Periódico El Lorquino.
* Sigue el blog de la escritora aquí.