El hecho de hallar un donante para él supone que va a tener que volver a enfrentarse a duros tratamientos en el hospital.

“Es curioso como esta noticia para todo el mundo puede ser tranquilizadora, emotiva o muchos sentimientos de felicidad por mi. Sin embargo pocos pueden pensar en el miedo que puedo sentir yo. Es algo muy duro”, escribe Pablo Ráez en sus redes sociales.

La lucha de Pablo Ráez contra la leucemia continúa. Se muestra fuerte ya que, como él dice, “solo queda luchar, estar siempre fuerte, sacar la espada y luchar hasta que el cuerpo no pueda más”.

La parte negativa del proceso es que tendrá que volver a enfrentarse a “más quimios muy fuertes, más medicamentos, un aislamiento en las cámaras de transplante, la incertidumbre de no saber cuánto tiempo estará ingresado” o que su cuerpo rechace la donación. “No temo a la muerte, soy libre. De ahí viene toda la fuerza”, explica en el texto.