La isla de los sueños se llama Tenerife

La gran mayoría piensa en Tenerife como el destino ideal para ir a la playa, para relajarse y tomar el sol en un buen hotel, a ser posible con los clásicos “todo incluido” y, sin embargo, la isla presenta a lo largo de su geografía un contraste exagerado de paisajes y climas. Tanto es así que los tinerfeños hablan de microclimas tan localizados que pueden variar en cuestión de pocos kilómetros y que hacen del Sur de Tenerife que sea totalmente distinto al Norte.

Por eso es aconsejable tener muy claro qué es lo que buscamos: el relax de las playas y los mejores hoteles, o visitar pueblos típicos y disfrutar de los mejores paisajes costeros. Si estamos hablando de lo primero, entonces decididamente debéis ir al sur, a Los Cristianos o Adeje, las dos zonas más turísticas. Si buscáis lo segundo, buscad el hotel en el Norte, preferiblemente cerca del Puerto de la Cruz desde donde podréis recorrer la bellísima carretera que, con Atlas Car Tenerife, os llevará junto a los acantilados costeros hasta la Punta de Teno.

¿Qué lugares puedes ver en la isla de Tenerife?

Al Sur de la Isla

Los Cristianos y Adeje son las dos zonas más turísticas y las que mejores resorts tiene. Magníficas playas; amplias y de arena clara, mucho sol y buenos restaurantes playeros cumplirán con vuestros deseos de tranquilidad.

Puedes alquilar un coche Rent a Car en Tenerife Sur para verlo sin problemas y a tu ritmo, sobre todo, si queremos hacer alguna excursión fuera del hotel. Por otro lado, se recomienda marchar hacia el Acantilado de los Gigantes, una sucesión de abruptos acantilados que parecen romperse junto al mar.

Los Gigantes es una pequeña localidad donde seguramente podréis comer un buen pescado junto al mar, aunque las mejores vistas para tomar unas buenas fotos de los acantilados están en los miradores que hay desde la carretera que baja al pueblo.

El puerto de Güimar, es otro de los lugares donde podréis pasear tranquilamente junto al mar, al igual que en Las Galletas, la localidad más al sur de la isla o Arona, con un centro histórico de gran importancia. Un poco más allá de Güimar, está la ineludible visita a Candelaria con una preciosa plaza central en la que se alza la Iglesia de la Virgen de Candelaria, tan querida en estas tierras.

Al Norte de la Isla

Santa Cruz es la capital de la provincia. Es la localidad más grande de la isla y aunque puede merecerse una visita, no deja de ser una gran ciudad. Sin embargo, si vais de compras, es el mejor sitio en el que podéis hacerlo. Además, aquí se encuentra la afamada Playa de las Teresitas.

Por otro lado, el Puerto de la Cruz tiene un bonito centro peatonal en torno a la Plaza del Charco. Desde esta plaza, podréis dirigiros hacia el Muelle y de ahí pasear en dirección a San Telmo. Es en esta zona donde podréis encontrar el complejo del Lago Martiánez, una zona de piscinas naturales muy bien aprovechadas con palmeras y sitios donde tomar el sol. Hacia el otro lado del Puerto, en dirección a Playa Jardín está el conocido Loro Parque.

Entre Santa Cruz y el Puerto de la Cruz está La Laguna, antigua capital de la isla y la ciudad que más valor histórico y arquitectónico tiene de Tenerife. Podríamos decir que el origen moderno de la isla se encuentra allí. En sus cercanías se produjo la terrible batalla de Acentejo y la posterior pérdida de los guanches, indígenas locales, que vieron perder sus territorios en mano de los colonizadores castellanos allá a finales del siglo XV. San Cristóbal de la Laguna fue incluida en la lista de Patrimonios de la Humanidad en el año 1.999.

La siguiente localidad que debéis visitar es La Orotava cuyo valle, formado por anteriores erupciones volcánicas del Teide, ofrece uno de los más bellos paisajes de Tenerife, y más allá del Puerto de la Cruz, Icod de los Vinos, conocido por su Drago Milenario, y Garachico. Un poco más allá, y en dirección a la agreste Punta de Teno, está Buenavista del Norte, desde donde se va al Barranco de Masca.

Subir al Teide

No se puede acabar este resumen sin hablar del Teide sobre qué ver en Tenerife o el “padre Teide”, como le dicen aquí. Y es que, a fin de cuenta, lo que es Tenerife, se lo deben al Teide.

Subir allí es un espectáculo por todo; por sus caminos de accesos, por las vistas, porque en su ascenso vamos dejando a nuestros pies el llamado “Mar de Nubes” del Norte y, sobre todo, por el impresionante paisaje lunar que nos ofrece los muchos cientos de años de derrame de lava volcánica.