Europa
Portugal controla la frontera y pedirá PCR negativa a españoles que lleguen en avión
Portugal exigirá una prueba PCR negativa y cuarentena a los españoles que lleguen al país por vía aérea a partir de las 00.00 horas del domingo y hasta el próximo 14 de febrero.
El Gobierno de Portugal ha establecido un plan de «autoconfinamiento de los ciudadanos portugueses en el territorio peninsular» para contener la expansión del virus en el que se contemplan limitaciones de movimiento.
En concreto, el Ejecutivo luso ha establecido tres niveles para quienes quieran acceder al país por vía aérea desde estados miembro de la Unión Europea y espacio Schengen en función de la situación epidemiológica en el país de origen.
En el caso de España, con una incidencia de más de 500 casos por cada 100.000 habitantes, será obligatoria la presentación de una prueba PCR con resultado negativo realizada en las 72 previas.
Asimismo, tendrán que cumplir obligatoriamente un periodo de cuarentena de 14 días en un domicilio «o en un lugar indicado por las autoridades sanitarias» excepto «para viajes imprescindibles cuyo período de estancia en territorio nacional, certificado por regreso, no exceda las 48 horas».
CONTROLES EN LA FRONTERA
La medianoche del domingo también arrancará la reintroducción de controles interiores en la frontera entre España y Portugal, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, que aclaran que esta medida no supone un cierre de la frontera porque se permitirá cierta movilidad.
Según recuerdan, el Acuerdo de Schengen contempla la aplicación de controles de forma temporal en caso de fuerza mayor, en este caso por razones sanitarias. Tal y como explicaron este jueves la ministra de Exteriores española, Arancha González Laya, y el Gobierno portugués, el objetivo de esta medida es ayudar a controlar el aumento de los contagios de coronavirus en los dos países.
Desde Exteriores avanzan que se habilitarán una serie de pasos fronterizos por los que podrán entrar y salir personas que, por diferentes circunstancias, estarán autorizadas a circular. La idea, dicen, es evitar un impacto particularmente gravoso de las restricciones a la movilidad, pero garantizando siempre la seguridad sanitaria.
Sin embargo, para conocer qué pasos fronterizos estarán abiertos y en qué condiciones funcionarán, habrá que esperar a que el Ministerio del Interior publique una orden con las nuevas medidas, ya que aún se están cerrando los detalles.
En el departamento dirigido por González Laya subrayan que estas cuestiones están siendo consensuadas con el Gobierno de Portugal y que ambos países están trabajando «en plena coordinación y sin medidas unilaterales», de manera que cualquier decisión al respecto se tomará «de común acuerdo».
MOMENTO MÁS CRÍTICO DE LA PANDEMIA
Portugal se asoma ya al umbral de los 700.000 casos de coronavirus después de actualizar sus balances con 13.200 positivos más en las últimas 24 horas, en un momento marcado por la inédita presión hospitalaria y por un endurecimiento de las restricciones que se notará también en la frontera con España, con nuevos controles a partir del domingo.
La Dirección General de Salud tiene registrados, en concreto, 698.583 casos desde el inicio de la pandemia, mientras que el dato de recuperaciones ha superado este viernes el medio millón al alcanzar 504.886 enfermos dados de alta –11.187 más en 24 horas–.
Al menos 11.886 personas han perdido la vida por la COVID-19, 278 más que el jueves, mientras que 6.627 enfermos están ingresados en hospitales. Más de 800 de estos pacientes permanecen en unidades de cuidados intensivos, lo que da cuenta de una presión que Portugal no ha sufrido en ningún momento de la pandemia.
Esta presión se hace especialmente palpable en ciudades como Lisboa, donde el Gobierno ya instó el jueves a habilitar todas las camas que hubiese disponibles para atender la alta demanda. La región de Lisboa y Valle del Tajo ha sumado solo este viernes 7.123 nuevos casos y 137 decesos más.
El crecimiento exponencial de los contagios, que las autoridades atribuyen a una confluencia entre la relajación de las medidas en Navidad y la aparición de variantes más contagiosas, ha llevado al Ejecutivo de António Costa a endurecer las medidas al albor de la prórroga del estado de emergencia que entrará en vigor el domingo.
Los portugueses tendrán prohibido salir del país durante dos semanas salvo casos excepcionales y se introducirán controles en la frontera terrestre con España. Las clases seguirán suspendidas y no se reanudarán hasta el 8 de febrero, aunque no de forma presencial sino a distancia.