Joven promesa literaria que viene apuntando maneras e intentando hacerse hueco en el panorama literario de nuestro país.
Fernando Cabrera, lumbrerense de 29 años, afincado en Barcelona desde 2014. Ha publicado ya su primera novela La Parodia del Diablo y ha ganado varios premios por algunos de sus relatos. Colaborador también de este periódico con sus artículos y relatos. Hoy nos cuenta que significa para él ser escritor y estar lejos de su tierra.
– Fernando, ¿Desde cuándo escribes?
Pues, a escribir como tal, en mi adolescencia. En mis libretas del instituto siempre había, en las últimas páginas, algún pequeño relato que se me podía ocurrir en cualquier momento. Haciendo los deberes, en medio de clase… Pero
la primera vez que decidí escribir una novela fue hace cinco años, influenciado por una serie de novelas policiacas que me tenían enganchadísimo.
En el séptimo suelo es una novela de policías, con un pequeño toque de leyendas históricas, ambientada en Lorca, Puerto Lumbreras, Vélez Rubio y Granada. Eso sí, ésta no pasó del pdf que leyeron unos cuantos amigos y
conocidos. Después, ya no pude parar de escribir.
– ¿Publicaste La Parodia del Diablo, háblanos de tu novela. 
Félix, que se ha quedado solo en las calles de León a principios del siglo XX, intenta ganarse la vida como un granuja de medio pelo, robando y aprovechándose de aquel que se le cruce, pero conocerá a Samael y su compañía
de teatro ambulante, y pasará a unirse a ellos para así escapar de su miseria; pero… lo que por fuera parecía alegría y disfrute, pronto tomará un tono oscuro y cada vez más extraño. Algo pasa en el interior de esa compañía y Félix tentará a la suerte hasta que la rompa.
La Parodia del Diablo fue como esas patatas, “cuando haces pop ya no hay stop”. Todo empezó con una foto algo tétrica de un payaso de principios del siglo XX que vi por casualidad. Me fui a caminar y empecé a pensar y pensar.
La historia se fue creando por sí sola en una tarde. Sólo quedaba escribirla y añadirle los cuatro detallitos que le dieran ese toque misterioso.
– Todos los artistas tienen su inspiración, ¿cómo te vienen a ti «las musas»?
A mí no me vienen, me asaltan a mano armada como Curro Jiménez, porque para pensar necesito salir al monte; pasear y subir por sierras y caminos, perderme, y cuando menos lo espero, me salen las ideas al paso.
Pero también la música me ayuda; cuando la estoy escuchando siempre me vuelven a atacar esas musas.
– ¿Qué tipo de música escuchas?
Como canta Barón Rojo… ¡Mi rollo es el rock! El rock y el heavy, que son mucho más que música para mí. Pero me gustan tantos grupos y artistas que sería muy difícil hacer una lista. Aunque mis predilectos son AC/DC y sobre
todo Led Zeppelin. De su música bebe mi forma de escribir, por el misticismo y fuerza que siempre impregnaron a sus canciones y que me gustaría poder llegar a imitar en mis escritos.
– Sabemos que has ganado algún premio, háblanos de ello.
Bueno, no son el Planeta, pero da mucha alegría que reconozcan tu forma de escribir. En Junio fui uno de los finalistas del concurso que organizó la revista literaria RSC (Relatos sin contrato). No había ganador como tal, sino que éramos unos pocos finalistas y nuestros relatos serían publicados en dicha revista.
Justo un mes después, me informan que soy el ganador, en su categoría de narrativa en castellano, del Certamen literario Villa de Ermua (Vizcaya). Ahí sí que me sentí orgulloso, porque de ciento y pico personas, yo fui el primero.
Difícil de imaginar, la verdad. También entrará un microrrelato mío en una compilación que preparan para
promocionar el Valle de Alcudia y al Quijote, en Ciudad Real.
Y más recientemente me han informado de que soy finalista del Concurso literario El Laurel, aquí en Barcelona, aunque los ganadores se comunicarán en una cena que se organizará dentro de poco. Y de momento… ojalá que lleguen más, porque tengo varios relatos más, esperando fallo del jurado.
– La Parodia del Diablo es una mezcla de novela negra, misterio… ambientada en el León de principios del siglo XX; tu próxima novela, danos un pequeño adelanto y háblanos de tus próximos proyectos.
Pues actualmente tengo dos novelas ya escritas. Una es Pequeño Apocalipsis para tontos, que está presentada al Premio Tusquets Editores, un certamen de novela bastante prestigioso, y en el que he querido probar suerte. Es quizá la más oscura de mis producciones y la más extensa. Por otro lado, está Buenas tardes… ¡Esto es un atraco!, que me gustaría autoeditar al igual que hice con la Parodia, antes de que acabe el año.
Actualmente, estoy escribiendo otra novela con el toque misterioso de la Parodia del Diablo, ambientada en Vélez Rubio, en 1842, y protagonizada por el poeta José de Espronceda, que vivió allí durante un poco tiempo. Y tengo otras ideas bastante jugosas, que tengo ganas de empezar a escribir, como una historia de ciencia ficción ambientada en un futuro bastante distinto al que nos suelen representar en las películas.
– ¿Qué tipo de literatura te gusta? ¿De qué autores te consideras seguidor y
de cuales beben tus escritos?
No soy de esas personas que adoran un género literario, la verdad, porque hay tanto que leer… Me gustan las novelas de todo tipo: aventuras, acción, histórica, thriller, negra, ciencia ficción, humor… Si por leer, leo hasta tebeos de Mortadelo y Filemón, de los que me considero un fanático desde que aprendí a leer con ellos.
Entre mis libros favoritos están El Quijote de Cervantes, La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro, El señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien o Iacobus de Matilde Asensi. Y entre los autores… yo diría que Stephen King, Matilde Asensi o Vicente Blasco Ibáñez serían mis preferidos, pero no soy heredero en mi forma de escribir de ninguno en concreto, prefiero ir cogiendo un poquito de cada uno, y darle mi toque personal.
– Pregunta necesaria y darte las gracias por dedicarnos tu tiempo. ¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra?.
Pues lo normal. Echas de menos a la familia, mi perro, los amigos, mi casa, las comidas de mi madre. Eso sobre todo, porque por mucho que uno se ponga…
Pero también otras pequeñas cosas como pasear por el Cabezo de la Jara, o subir por las Ramblas de Vilerda o Nogalte y perderme durante horas. No obstante, intento volver cada vez que puedo, porque por muy lejos que me vaya Puerto Lumbreras siempre será mi pueblo.
Redacción: Ana Martínez Perán. Periódico EL LORQUINO.
