Opinión
Otoño, ¿quién puede odiarte?
Hay una frase que se repite en estos días con bastante frecuencia: “Se ha acabado el verano, que pena”. Sí, es verdad, se ha pasado el tiempo en que sudas hasta por respirar; que no se puede pisar la calle, salvo a ciertas horas en que el perverso sol no tiene más ganas de martirizarnos; y en que los insectos son más molestos que nunca.
Pero mira ahora que llega el amable otoño. Sí, hace un poquito más de frío, pero poquito, ¿y eso es malo? Además en nuestra tierra, llega el mes de noviembre y seguimos yendo en manga corta, ¿qué problema hay? Es ahora cuando los bosques y las montañas resplandecen con mayor belleza que en ningún momento del año; la manta ocre y amarilla que reviste el suelo no puede ser más bella, los animales empiezan sus cortejos, dignos de ver. Llega la época en que se harán excursiones al campo, a disfrutar de los bellos parajes que nos rodean, o los que gustan de las setas, saldrán al monte en su busca. Octubre, Noviembre y Diciembre, los meses más maltratados por nosotros y los que mejor nos quieren, sobre todo en Murcia. Sí, es verdad que también es tiempo de tormentas y gota fría (que nos lo digan a nosotros, ¿no?), pero es un pequeño “pero” en un extenso valle de oportunidades nuevas.
Esa lumbre encendida mientras la lluvia cae fuera, viendo una buena película, leyendo un buen libro o teniendo una mejor conversación con amigos o familiares, alrededor de una mesa y con una buena sartenada de migas (Se me hace la boca agua). Creo que no tiene precio tal gozo, siendo tan sencillo. Entiendo la pena de los más jóvenes al respecto, pues vuelven las clases y se acaba lo bueno, pero también es la época de las fiestas de los pueblos. Llega la feria de Lorca, después la de Puerto Lumbreras y seguido la de Huércal-Overa, y así, hasta varios meses, se irán sucediendo los pueblos de los alrededores, engalanándose con luces y casetas. Vendrán las castañas asadas y los churros con chocolate calentico para contraatacar a la futura resaca. Nos iremos al campo de tal o de cual, haremos unas parrilladas de carne a la brasa y a comer (Ay… creo que no es bueno escribir esto antes de comer).
Sólo me queda decir que lo único que quería con este simple y humilde artículo es reivindicar la belleza y bondades del otoño, al que tanto se le desprecia por la simple condición de que se acaban las vacaciones y hay que trabajar de nuevo (quien tiene la suerte de poder hacerlo, claro).
La estación del recogimiento y del relax tras el ajetreado y fogoso verano que hemos padecido. ¿Qué hace un poco más de frío? Pues siempre lo ha dicho nuestra madre o abuela: “Llévate una rebeca que luego refresca”. ¡Y tan panchos!
Redacción: Fernando Cabrera. Periódico EL LORQUINO.