¿Desperdiciamos la comida?

En España se desperdician cada año casi 8 millones de toneladas de alimentos, tirados a la basura y desechados por no ser aptos para LA COMERCIALIZACIÓN, según informes del Parlamento Europeo.

Una vergüenza que debería hacer enrojecer a cualquiera, como lo hizo en Francia el año pasado, haciendo reaccionar a los mandamases galos. Según una nueva normativa francesa, vigente desde el año pasado, los supermercados están obligados a donar los alimentos desechados, que todavía pueden consumirse, a ONGs que los hagan llegar hasta los más necesitados. ¿Y, mientras tanto, qué pasa en España?

No suelo ver mucho la televisión, pero anoche fue una de esas veces. Daban un programa que no había visto nunca, presentado por el reportero Nacho Medina. En él, entre otras cosas, se hablaba sobre el desperdicio de comida del que forman parte los grandes supermercados; o al menos, de eso pensé que iba a tratar.

Lo que empezó como un tirón de orejas a los supermercados por tirar la comida, se quedó en una especie de tomadura de pelo, o más bien un rapapolvo a aquellos que, por pura necesidad, rebuscan alimentos en la basura y a los supermercados que se los facilitan, poniéndoles en peligro. He de decir que el programa me gustó bastante, y no lo había visto nunca, pero en esa parte en concreto no pude estar más en desacuerdo con el reportero. Éste, junto con una experta en análisis de alimentos, va rebuscando en un contenedor de un supermercado distintos productos que se han tirado por un motivo u otro. Tomate, lechuga, jamón cocido, queso, patata y carne.

Hasta ahí todo bien; incluso se atreve a abrir algún producto y comérselo ahí mismo. Pero había algo que no me cuadraba. Los tomates y demás verduras y hortalizas tenían un aspecto terrible, que dejaban patente su mal estado. La carne o el jamón cocido estaban en envases no estancos, con alguna abertura o rotura, y que además llevarían horas fuera de la nevera; sobre todo si nos referimos a la carne, que incluso olía mal, según el propio reportero. ¿Entonces…? ¿Por qué comió esa comida? Para luego dejar claro que, según sus propias palabras: «Todo lo que se tira a la basura, es basura».

Pues no podría estar más en desacuerdo con usted, señor Medina, porque si bien es cierto que lo que usted comió, sí estaba en mal estado, está bastante demostrado que todos los días se tira a la basura muchísima comida que podría ser aprovechada. Los contenedores se llenan de cosas envasadas que a falta de unos días para su caducidad, se tira porque no se puede vender.

Sólo las grandes empresas agrícolas ya tiran toneladas de fruta que por no tener el tamaño adecuado o por tener un aspecto feo no podrán ser vendidas. No vendidas, pero sí consumidas. Entiendo que quizá se tuvo la mejor intención con ese reportaje, para impedir que las personas más necesitadas puedan enfermar por culpa de injerir alimentos de la basura, pero faltó crítica hacia las grandes superficies.

¿Por qué no dijo la comida en buen estado que se desperdicia y que en vez de ser tirada a esos sucios contenedores, podría ser donada? ¿Por qué tiramos la fruta fea y deformada, cuando hay tanta gente pasando hambre? ¿Qué más da que se done, si su fin va a ser el olvido?

Las razones, para ese desperdicio, que dan en los supermercados, son irrisorias: «Porque si los regaláramos, nadie vendría a comprarlos». Me parece de lo más patético que he escuchado en mi vida. Nadie quiere ir mendigando comida si no lo necesita; a no ser que sea un caradura, y caraduras hay en todas partes. Creo que deberíamos tomar ejemplo de Francia y obligar a los grandes a que esa comida sea utilizada para un buen fin.

Que habiendo tanta gente en España, pasando necesidad, no tengan que arriesgarse a enfermar buscando en la basura. Que no haga falta, porque esa comida le será donada por alguna ONG. Y eso, señor Medina, es lo que le faltó a usted por decir en su reportaje. Todo lo que se tira a la basura, no es basura, no… Todo lo que se tira a la basura, se convierte en basura. Así que si todavía no es basura, mejor no tirarlo.

Redacción: Fernando Cabrera. Periódico EL LORQUINO.