Viajes
El viaje a Bélgica de una pareja de alhameños con una agencia lorquina
Una semana recorriendo Bélgica, el país del chocolate y la cerveza
Elegir un destino vacacional es cada vez más complicado debido al amplio abanico de posibilidades que se nos presentan. Conocer otras ciudades europeas o continentes como Asia o América está cada vez más solicitado. Sin embargo, las experiencias y recomendaciones de otros viajeros pueden hacer que nos decantemos por una u otra opción.
Es lo que les pasó a Encarna y Bernardino. Entre todas las opciones que les ofreció su agente de viajes de Eliotours, se decantaron por Bélgica. “Nos decidimos por este destino ya que teníamos muy buenas referencias por unos amigos, y porque era un destino cultural que nos ofrecía muchas posibilidades”, cuentan.
El viaje de siete días de Encarna y Bernardino comenzó en Bruselas. Allí conocieron la Grand Place, el famoso Manneken Pis, la Ópera, el Atomium, las instituciones de la Unión Europea, el Monte de las Artes, el Palacio Real, etc. Visitaron la ciudad tanto a pie como en el bus turístico, del que aseguran que “es una buena forma de recorrer la ciudad, el billete es válido durante 24 horas y para las 2 líneas que hay en Bruselas; puedes subir y bajar cuantas veces te apetezca y con los audios vas conociendo la historia y las curiosidades de todo lo que vas observando”.
Aprovechando la fantástica red de ferrocarriles de Bélgica y su “Rail Pass”, la pareja visitó otras ciudades como Gante, Amberes, Brujas, Namur y Oostende, destino vacacional para los propios belgas. “La ciudad de Oostende está junto al Mar del Norte, desde allí salen los ferris para Dover, donde puedes visitar una exposición de castillos de arena, el hipódromo y su balneario”, explican.
Además de todas esas ciudades, viajaron hasta Dinant, un pequeño pueblo junto al río con mucho encanto, donde, tal y como nos cuentan, “te recibe un puente con saxofones, una interesante historia, una gran fortaleza, una enorme iglesia y donde se puede visitar una fábrica de cerveza y unas impresionantes cuevas”.
Otra de los lugares que más llamó la atención de la pareja fue la Iglesia de la Sagrada Sangre, en Brujas. “Tuvimos la oportunidad de asistir a la veneración de la reliquia de la Sagrada Sangre y es algo muy especial, tanto si eres católico como si no, ya que asistes a un rito histórico”.
Y, para su sorpresa, su último día en la ciudad de Bruselas coincidió con la Fiesta Nacional. “El ambiente era espectacular: música, demostraciones, desfiles…”, cuentan. Toda una experiencia que les hizo disfrutar de esta maravillosa fiesta como unos belgas más, de quienes aseguran “son personas tranquilas, muy hospitalarias y con gran sentido del humor que te hacen sentir bienvenido”.
Para poder afrontar un viaje así, la pareja recomienda llevar calzado cómodo, ya que “las calles y muchísimas aceras están adoquinadas”. También aconsejan “llevar ropa práctica y ligera que te puedas poner y quitar con facilidad porque el tiempo es muy cambiante”. Además, no está demás llevar “un paraguas plegable en el bolso y unas tiritas”.
Si algo tiene Bélgica, es una historia, un arte y una cultura de lo más variada, algo que no solo invita a conocerla, sino a volver. “Sin duda volveríamos, quedan muchos lugares por visitar, y muchos bombones por degustar”, confiesan.