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Asesinos del arte

ELLORQUINO| Que el cine está de capa caída, es un hecho; que en la música solo triunfa la bazofia, es otro hecho; y podríamos seguir así por mucho, redactando las barbaridades que hoy día se cometen con el arte. Y duele pensar que mientras la verdadera cultura muere, otras, infames y deleznables, siguen vigentes porque son un entretenimiento para el pueblo (panem et circenses, decían los romanos; pan y circo).

asesinos del arte

Hace pocos días, paseando por el Barrio Gótico de Barcelona, concretamente en los alrededores de la catedral, vi una escena que me conmovió. Un hombre de avanzada edad, tocando una melodía de guitarra preciosa, y junto a él, una chica y un chico que a viva voz, sin micrófonos ni artificio alguno, cantaban ópera. Me emocioné de veras con esa música (y eso que soy Heavy). Ni siquiera sé decir el rato que estuve escuchándolos.

 
Todos los que estábamos allí, aunque la mayoría eran turistas extranjeros, llenábamos su plato de monedas, reconociendo la calidad artística de estos músicos callejeros. Recordé, entonces, una situación parecida, un año antes en Cracovia, con una chica cuya voz parecía ser más de un ángel; un ángel callejero, eso sí. Y alejándome por una estrecha callejuela, me estremecí al pensar que esta gente tiene que buscarse la vida en la calle mientras el típico famosillo de pandereta, aprovechando su fugaz éxito mediático, saca una canción horrible, que ni siquiera ha compuesto él o ella, y se convierte en un éxito que le reporta unos inmensos beneficios a ese farsante de
pacotilla.

 
Miles de escritores, con historias apasionantes, buscan desesperados una editorial que quiera sacar al público su obra. Pero claro, si no eres conocido… Que venga Fulanito de tal con sus memorias, que ni ha escrito él, y ya verás que rápido se publican. O esa otra famosa que ha publicado una novela, seguro que infumable, pero se la publicarán, mientras un pobre escritor que intenta dar más luz a este oscuro mundo, ve cómo pasa el tiempo y nada.

 
Lo mismo ocurre con los artistas callejeros, pintores, artesanos, a los que arrojamos a la mendicidad, pintando en aceras y bajo un sol de justicia o la lluvia. Otro caso aparte es el del cine. Ir al cine es como echar la lotería, piensas que puedes ganar, pero siempre te llevas un chasco. Se quejan de lo poco que va la gente al cine. ¡La piratería! Claro… Pero es que no veo lógico pagar una pasta por ver un remake, reboot, secuela o precuela, siempre de ínfima calidad, de una película de hace 30 años, con guiones escritos por niños de primaria.

 
Y habrá cientos de guiones excelentes, esperando, sentados en su particular patio de butacas, una oportunidad que no llega. Porque dado el bajo nivel cultural que se está imponiendo cada vez más, prefieren ir a lo seguro con explosiones y batallas espectaculares, que intentar rodar una película de esas que sales del cine y dices: ¡Vaya!
No se sabe que pasará en un futuro, pero un mundo sin cultura está abocado a la extinción. No hay más que decir.

 


Redacción: Fernando Cabrera. Periódico El Lorquino. 


 

 

Redacción de Periódico EL LORQUINO Noticias.

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